Por la noche, partió el pobre mendigo con rumbo desconocido,
perdiéndose en el horizonte y nunca más se supo de él.
Al tiempo, un miembro de la corte le preguntó a su Rey: “Majestad que secreto a confiado al harapiento que no pueda confiar a los
miembros de su corte? . El Rey respondió…”Le hablé de la pobreza
de espíritu de los Hombres de mi reino, cuya riqueza es la miseria del
prójimo”
El mendigo, había dejado sobre la hogaza de pan, una nota que
decía... "Ruego que su reino sea bendecido eternamente con
ausencia de mendigos…”
Muchas veces, el éxito no es tal, sino que evidencia un
débil regocijo por ver a otro en una situación inferior. Ser Feliz comienza desde uno para otro…
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