martes, 24 de junio de 2014

El arco no se toca


Que lo parió ¡!! Repetía Jorge

Hombre Tranquilo. De personalidad y actitud calma, este acontecimiento, había logrado desbordar  su habitual parsimonia rosarina, y sin encontrar consuelo, bramaba con bronca resignada, por la pérdida; absurda e inesperada.

No alza la voz; pero se nota que arrastra la voz por el impacto, y no es mal hablado, pero entre labios, se advierte que lanza un insulto al aire, que no llega a alcanzar los decibeles adecuados para ser audible.

Así arranco. El relato de lo acontecido, dejó boquiabierto a todo quien se parase a escuchar el relato

Había pasado algo; muy grave. No solo inesperado, sino de connotaciones sociales y personales,  de índoles irreversibles.

Jorge me decía, con los mismos gestos, con los que habitualmente hablamos de cosas del laburo, o de la vida; Te das cuenta Patricio ¿? Esto no tuvo que haber pasado. Cómo pudo haber ocurrido ¿?

Es que Jorge, en su Rosario Natal, no hubiera esperado nunca, que se afanen los arcos de una cancha de futbol.

La afrenta, había calado hondo, y no encontraba explicación, y oteaba el horizonte desde la ventana de su oficina, como un mangrullo, como si haciendo eso, pudiera descubrir la guarida donde descartaron los caños, que para entonces, seguramente ya eran columnas o vigas de alguna casilla de la zona.

No podía recuperar su eje, y la mirada perdida en cualquier punto fijo, me preocuparon, al punto que le propuse hacer la denuncia….cosa que deseché rápidamente, sin esperar palabra como respuesta, ya que con su mirada, comprendí, no solo la negativa, sino advertí claramente, el lugar donde me había mandado, por la boludez que le dije….

El tema, fue que al llegar aquella mañana, al trabajo, como todos los días, le dieron la novedad, ya nomás en la vigilancia; mire Don Jorge que durante la noche, entraron unos tipos, y se afanaron los arcos de la canchita del fondo

Un trago amargo; difícil de digerir; podía faltar cualquier insumo; pero la raya de cal y las redes, formaban parte del inventario, y control de stock.

 

Sabiendo que comparto el gusto, por el juego atildado, y la picardía, conoce, que no tolero estas cosas; pero no puedo más que escucharlo atónito, sin poder solucionar nada.

Cuando parecía que Jorge se calmaba, otra vez, volvía a comenzar y exclama..¡¡….Increíble… ¡!!  ¡¡¡Afanarse un arco … eso si es una herejía en estas pampas de Fútbol para Todos… Seguro que alguno los vendió en algún revoleo ¡!!!,  me habla a mí;  como buscando, a Watson para que le ayude a razonar lo irrazonable. Encima de males, no tengo un día bueno, y no se me cae una idea; la única que se me ocurrió, no sirvió de mucho; y no llego a consolar su desazón. Por ahí tiro una frase maravillosa, digno de un ser iluminado por una bombita de 25W. “Porque no pedimos a mantenimiento que con los caños que estan tirados, preparen dos arcos”…..

Eso me posiciona muy cerca de ser agredido, ya que Jorge me espeta: “Pero vos sos medio boludo ehhh”, y solo por el respeto y el afecto que nos vincula en este tránsito por la esfera celeste de la galaxia solar, no se anima a aplicar un puñete (golpe de puño en la quijada, tal la expresión de los habitantes de la ciudad de Rosario); razón por la cual, decidí retirarme de las aportación de soluciones criollas (una especia de Benchmarking nacional), y dejar mi brillantes, para cuando tenga otro nivel de glucosa, que beneficie la lucidez de mis neuronas.

Pero todavía, faltaba lo peor. Anunciar la novedad a las autoridades del Comité Ejecutivo de la Compañía.

Todas las mañanas era celebrada una conferencia, donde cada responsable reporta las novedades más significativas.

Al tocar el turno a Jorge, este, con voz de locutor de protocolo y ceremonial, conmovido aún, por el hecho, se hace escuchar y dice: SEÑORES ¡!! Esta madrugada, han sido robados los arcos de nuestra cancha de futbol…!!!

El silencio de los escuchas, fue más conmovedor que él cuenta la Biblia, aconteció en la hora 3 de la muerte del Cristo.

Hubo una notoria incomodidad en el auditorio; es que la novedad, bien se sabía, debía hacerse llegar hasta la Presidencia. La dimensión y la gravedad del hecho, podía alterar el mercado de valores, de la bolsa de comercio. Los accionistas, no confiarían sus bonos, en una empresa, que no cuida el patrimonio de la compañía.

Se decidió minimizar la novedad; Hubo uno de los Gerentes, dijo “¿¿Che, se fijaron bien ¿??”, “¿¿no estarán en otro lado los arcos “”???

Otro, ya animado, por la idea del anterior, tiró: Hagamos un relevamiento del estado de todos los arcos ¡!!!

El más osado, llego a decir, sin que se le modificaran las facciones del rostro: “Tenemos que premiar a quien encuentre los arcos!!!!”

El pobre de Jorge, se llevó el reto de los directivos, y cerró, con la misma angustia que había comenzado.

No se habló del tema, por semanas; como si el dolor, por la perdida, no permitía expresar en palabras lo que pasaba en el interior de cada uno.

Pero se cuenta, que por las noches, cuando el viento surca la cancha vacía de palos, se escucha la voz de Jorge decir…..”YO ME EQUIVOQUE Y PAGUE…..PERO EL ARCO….EL ARCO NO SE TOCA……..”

 

 

 

 

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