Que lo parió ¡!! Repetía Jorge
Hombre Tranquilo. De personalidad y actitud calma, este
acontecimiento, había logrado desbordar su
habitual parsimonia rosarina, y sin encontrar consuelo, bramaba con bronca
resignada, por la pérdida; absurda e inesperada.
No alza la voz; pero se nota que arrastra la voz por el
impacto, y no es mal hablado, pero entre labios, se advierte que lanza un
insulto al aire, que no llega a alcanzar los decibeles adecuados para ser
audible.
Así arranco. El relato de lo acontecido, dejó boquiabierto a
todo quien se parase a escuchar el relato
Había pasado algo; muy grave. No solo inesperado, sino de
connotaciones sociales y personales, de
índoles irreversibles.
Jorge me decía, con los mismos gestos, con los que
habitualmente hablamos de cosas del laburo, o de la vida; Te das cuenta
Patricio ¿? Esto no tuvo que haber pasado. Cómo pudo haber ocurrido ¿?
Es que Jorge, en su Rosario Natal, no hubiera esperado nunca,
que se afanen los arcos de una cancha de futbol.
La afrenta, había calado hondo, y no encontraba explicación,
y oteaba el horizonte desde la ventana de su oficina, como un mangrullo, como
si haciendo eso, pudiera descubrir la guarida donde descartaron los caños, que
para entonces, seguramente ya eran columnas o vigas de alguna casilla de la
zona.
No podía recuperar su eje, y la mirada perdida en cualquier
punto fijo, me preocuparon, al punto que le propuse hacer la denuncia….cosa que
deseché rápidamente, sin esperar palabra como respuesta, ya que con su mirada, comprendí,
no solo la negativa, sino advertí claramente, el lugar donde me había mandado,
por la boludez que le dije….
El tema, fue que al llegar aquella mañana, al trabajo, como
todos los días, le dieron la novedad, ya nomás en la vigilancia; mire Don Jorge
que durante la noche, entraron unos tipos, y se afanaron los arcos de la
canchita del fondo
Un trago amargo; difícil de digerir; podía faltar cualquier
insumo; pero la raya de cal y las redes, formaban parte del inventario, y
control de stock.
Sabiendo que comparto el gusto, por el juego atildado, y la
picardía, conoce, que no tolero estas cosas; pero no puedo más que escucharlo
atónito, sin poder solucionar nada.
Cuando parecía que Jorge se calmaba, otra vez, volvía a
comenzar y exclama..¡¡….Increíble… ¡!! ¡¡¡Afanarse un arco … eso si es una herejía en
estas pampas de Fútbol para Todos… Seguro que alguno los vendió en algún
revoleo ¡!!!, me habla a mí; como buscando, a Watson para que le ayude a
razonar lo irrazonable. Encima de males, no tengo un día bueno, y no se me cae
una idea; la única que se me ocurrió, no sirvió de mucho; y no llego a consolar
su desazón. Por ahí tiro una frase maravillosa, digno de un ser iluminado por
una bombita de 25W. “Porque no pedimos a mantenimiento que con los caños que
estan tirados, preparen dos arcos”…..
Eso me posiciona muy cerca de ser agredido, ya que Jorge me espeta:
“Pero vos sos medio boludo ehhh”, y solo por el respeto y el afecto que nos
vincula en este tránsito por la esfera celeste de la galaxia solar, no se anima
a aplicar un puñete (golpe de puño en la quijada, tal la expresión de los
habitantes de la ciudad de Rosario); razón por la cual, decidí retirarme de las
aportación de soluciones criollas (una especia de Benchmarking nacional), y
dejar mi brillantes, para cuando tenga otro nivel de glucosa, que beneficie la
lucidez de mis neuronas.
Pero todavía, faltaba lo peor. Anunciar la novedad a las
autoridades del Comité Ejecutivo de la Compañía.
Todas las mañanas era celebrada una conferencia, donde cada
responsable reporta las novedades más significativas.
Al tocar el turno a Jorge, este, con voz de locutor de
protocolo y ceremonial, conmovido aún, por el hecho, se hace escuchar y dice:
SEÑORES ¡!! Esta madrugada, han sido robados los arcos de nuestra cancha de futbol…!!!
El silencio de los escuchas, fue más conmovedor que él cuenta
la Biblia, aconteció en la hora 3 de la muerte del Cristo.
Hubo una notoria incomodidad en el auditorio; es que la
novedad, bien se sabía, debía hacerse llegar hasta la Presidencia. La dimensión
y la gravedad del hecho, podía alterar el mercado de valores, de la bolsa de
comercio. Los accionistas, no confiarían sus bonos, en una empresa, que no
cuida el patrimonio de la compañía.
Se decidió minimizar la novedad; Hubo uno de los Gerentes,
dijo “¿¿Che, se fijaron bien ¿??”, “¿¿no estarán en otro lado los arcos “”???
Otro, ya animado, por la idea del anterior, tiró: Hagamos un
relevamiento del estado de todos los arcos ¡!!!
El más osado, llego a decir, sin que se le modificaran las
facciones del rostro: “Tenemos que premiar a quien encuentre los arcos!!!!”
El pobre de Jorge, se llevó el reto de los directivos, y
cerró, con la misma angustia que había comenzado.
No se habló del tema, por semanas; como si el dolor, por la
perdida, no permitía expresar en palabras lo que pasaba en el interior de cada
uno.
Pero se cuenta, que por las noches, cuando el viento surca la
cancha vacía de palos, se escucha la voz de Jorge decir…..”YO ME EQUIVOQUE Y
PAGUE…..PERO EL ARCO….EL ARCO NO SE TOCA……..”
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