No hay eras. No existen tiempos. No hay reglas. No se
reconocen formatos.
Solo la esencia pura del sentir, como un guiño del
corazón, te hace saber con la simpleza ingenua del alma, que los valores de la
amistad, pasan decididamente por el afecto, por el compartir, por tolerar, por
la permanencia en el tiempo, de un amor incondicional, que no sufre
interrupciones ni alteraciones.
Es honesto; no fija conveniencias, ni pauta
intensidades.-
Solo una condición, regula este pacto sanguíneo: LOS
CÓDIGOS.
Tantas veces, utilizados por oscuros personajes, que
atentaron en su contra; pero el amigo de fierro, sabe de que se trata. Eso es
otro noble misterio del culto sagrado. Saber de que se trata. Nunca debes
interrogar a uno del mismo palo, porque seguramente, al mirarlo, reconoces su
interna.
No hay rango distintivo; pero te jugás por un amigo;
bancas al amigo, No existe posibilidad alguna, de formar parte de la barra, si
no llevas este código genético barrial en tu sangre.
Cómo sabías, con quién juntarte ¿? Porqué distinguías
al que no prestaba la bici ¿??
Sabías muy bien con quien compartías la esquina. Con
quienes jugabas a la escondida, en las noches cálidas de verano; con quien
jugabas a las figu o las bolitas. Si tenías hermana, el amigo te bancaba en las
bravas, porque no era fácil, acompañar a tu hermanita a hacer las
compras….perdías prestigio….ni hablar si te obligaban a llevarla a algún baile
con vos, para que la cuidaras……que los parió ¡!! Que garrón Hermano. Cómo tu
viejo te hace esto ¿?? O acaso, se olvidó de los códigos ¿???
Ser parte es aceptar al gomia, es compartir y
distinguir que el milagro de la barra de amigos, no hay estratos sociales;
todos somos ricos, porque ese mágico momento valida por siempre, la actitud que
adoptas frente a todos los actos de tu vida.-
Sino fijate. Mira a los ojos de cada uno. Date cuenta,
quien es del palo; quien no te presta la bici….quien te extiende la mano franca
y sincera para ofrecerte un mate…el gomia, no te pide nada; solo fidelidad de
corazón
En el recuerdo están aquellos que partieron
tempranamente de la esquina…pero siguen como siempre dentro nuestro corazón. El
amigo fiel, deja rodar una lágrima recordando aquellos momento; generando
nuevos; dando cátedra de la vida, solo con pedirte a cambio, que le des tu mano…el
resto lo hace el.
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