Sentires
y sensaciones se apoderan de mis pensamientos
Hasta
llevarme de paseo por los sonidos que las risas dejaron como
eco a seguir los pasos que las huellas sembraron de historias
El recuerdo
me lleva de la mano y mi
mente se detiene en cada esquina a jugar
a la pelota
Busco
al Chicho y de allí caminamos
por la calle hasta la esquina donde aprendí a tocar la viola, sentado en el cordón soñando ser John Lennon
Vimos
a un flaco pasar por la puerta de mi casa con
el faso de costado, una blusa teñida y ese aroma a pachuli, llevando
discos de Pescado y Pappo’s Blues, seguro
va hasta lo de Besozzi
Ignorando
ser testigos que la historia, estaba pintando un cuadro de
colores cotidianos para el futuro año 2000 que retrata como era
ser Feliz con lo que se tenía creyentes
del Sagrado Sacramento de la Barra, persignamos la señal
de la Cruz, antes de pasar por la calle Formosa o enfilar para
el Sarmiento cruzando la 9 de julio
Como
Jesús en Capernaúm panes y peces multiplicó, asistimos al milagro
en la calle San Pedro, ante la atenta mirada del Doctor y algún
que otro parroquiano ocasional, la multiplicación de pibes que
salían a las cuatro a jugar
Sin
nombres registrados civilmente cada Apóstol de la sagrada barra
lleva el apodo ungido en su bautizo a orillas de la leca
Clase
magistral de física daba mi viejo todas las tardes cerca de las
siete, cuando pegaba el grito llamando para que lo fuera a saludar
porque había llegado de trabajar
Onda
sonora que viaja a través del viento, la escuchaba donde sea
que me encuentre
Yo
no me quedaba atrás con la cinemática, porque estaba en menos
de un segundo sentado a la derecha del Padre, tomando la
sopa, con un vaso de vino y soda que el mismo me servía
Mi
vieja era Chef de recursos escasos y tenía inventiva. Un día
Daniela le preguntó: “Mamá, que sería lo que estamos comiendo”
porque daba la impresión de que era lo mismo que días
anteriores, pero hecho en la sarten, pasado por huevo y harina
Inmensamente
rico me hicieron con su herencia. Me
enseñaron a no pretender más de lo había. A
valorar lo simple y dar una mano siempre
No
llorar por perder ni quejarme en la caída. Cumplir
mi palabra y ser mejor que ayer a la mañana del otro día
Como
cristiano respetar todos los credos y por ser hijo de Malena
sacar del traste a fariseos y falsos predicadores
La
dignidad es silenciosa como la verdad para
los que hablamos la misma lengua…
Es encontrarnos
en la esquina cualquiera
sea el día y la hora
Sentarse
en el cordón a tocar la viola y dejarse llevar por los sonidos
que las risas dejaron como eco
Seguir
los pasos que las huellas sembraron
de historias pintadas
de colores cotidianos retratando
como era ser Feliz con lo que se tenía