sábado, 28 de marzo de 2015

Campichuelo 982


Si tuviera que decir

Lo que siento quiero

Volver al lugar donde fui

Feliz por jugar y reír

 

Es que no quería ser grande

Solo quería crecer y ser fuerte

Como Papá tomando meriendas

De leche Piluso y deber:

Hacer la tarea hasta las 16…

 

Para salir a jugar

Con Luis y con los demás

En la Calle San Pedro

Paleta, Pelota y después cantar

 

Canciones de Sui Generis

Entonadas en re menor

En guitarra criolla

Yo era John y Jorgito George

 

Época de promesas

Con pañoleta y flor de lis

De treparse a los techos y

De andar en Bici

 

De escondidas nocturnas y

Carritos con rulemanes

De barriletes de caña

Cortada en los basurales

 

Asegurar sin vergüenza

Seré de Doctor cuando crezca

Para curar a Doña Loli

Que tan solo era vieja

  

Fabián era el primero

Que batía palmas en la puerta

Me pasaba a buscar

Para un limonero atrapar

Con ramas de un sauce cortada

De la puerta de Don Baker

 

En el patio de su casa había

Jaulitas con mijo y jilgueros

A veces también vendía

Perejil, canarios y huevos

En la puerta del tano

Que alguna vez lo corrió

Por venderlos más baratos

 

Tiempos de asaltos

Con gaseosa y pastaflora

De bailar a distancia

Con la que no quería sacar

Porque tenía vergüenza

Que todos se dieran cuenta

Lo que mis ojos no sabían ocultar

 

Tiempos de creer que era

El Caballero Rojo y Superman para

Volar por el aire y escapar donde no me vean

Porque no me quería ir…

Se lo dije a Mamá

Una tarde del ‘77

Que no quería que llegue

El momento de partir

De mi casa, de mi barrio, de mis amigos y

Del niño que quería ser Feliz por jugar y reír

viernes, 27 de marzo de 2015

Distopía de un Friki

Dejó un tibio saludo y se fue.

La puerta batiente reflejó en el violento vaivén de sus hojas el modo que Augusto atravesó el pórtico.

Quique lo corrió hasta darle alcance. No pudo decir palabra, al observar la palidez en su rostro, solo atinó a preguntar cómo se pregunta sin hablar; levantó sus cejas y la respuesta elocuente de los hombros abducidos de Augusto, le dio a entender que era un tema del corazón.

Se miraron para ver si salían las palabras, pero ninguno supo avanzar con la primera frase. Uno por no animarse y el otro también.

Chau loco ¡! Se despidió Augusto y encaró para su casa.

El cadencioso paso evidenciaba una decisión, aún no tomada; como que necesitaba pensar y repensar, una y otra vez.

Busco refugio en la barra; pero no era momento, para contar sus cosas.

Por eso se marchó; para encontrar en la calle, el pensamiento que lo acerque a la razón y quedarse tranquilo.

Cruzando por la plaza, se acomoda en un banco cerca de la fuente y en un suspiro que no termina, acomoda como puede su desazón que comparte con un hombre entrado en años, que descansa leyendo un libro.

Inclinado sobre su cuerpo, cubriendo su rostro con ambas manos, solo escucha el sonido del agua en cascada, que se filtra en su mente abstrayéndose de todo cuanto hay a su alrededor.

En lo profundo de su viaje atisba el motivo de su padecer.

Como una terapia improvisada, le habla a la prosapia del hombre entrado en años, con la seriedad que el momento impone.

“No pasa por adjudicarle a nadie las ocurrencias de mi locura, pero como puedo caer en esto no lo entiendo”


El hombre con sus gafas bifocales a media nariz, le presta temerosa atención.

“Resulta comprensible que uno pueda animarse a transitar un estado ilusorio, aun sabiendo que los pies no están posados en la superficie terrestre, total como es gratis nada ni nadie lo pueden impedir allí soy definitivamente libre”


Para no incomodar a Augusto, el Hombre cierra su libro y dispone su postura frente al relato...

“No tengo remedio; no se manejar el espacio microscópico entre la realidad y un sueño; no lo sé hacer”

“No estoy lamentando algo pasó; estoy lamentando un sueño…!!!! Que locura por Dios”


Sigue… “En mis sueños nadie me puede quitar nada, allí soy dueño de todo; pero en esta…en esta oportunidad, también perdí allí”

Cómo que perdió en su sueño ¿? Pregunta el hombre…

“Porque sabía dónde estaba metiendo los intereses del corazón; así me fue”

Oiga amigo…usted sabe lo que dice ¿? Eso es una locura. De que interés habla usted ¿? Lo que usted soñó ni siquiera pasó…

Augusto piensa… sabe que el viejo tiene razón… responde “Tiene razón…” y sin consuelo se levanta y sigue su camino.

Antes de salir de la plaza, ensaya un reconocimiento a la sabiduría del hombre entrado en años con un “viejo de mierda…”

No quería llegar nunca a su casa para enfrentar la noche y volver a soñar con ella…La Mujer que conoció en un sueño y día tras día salía a buscarla.

No se permitía aceptar que exista solo en sus sueños.

Bebiendo una copa de vino, pretende respuestas que no encuentra en la razón.

Se queda dormido vestido, con su copa de vino a medio terminar, en el mullido sillón del comedor.

Despierta al otro día, sin rastros del recurrente sueño. Parece mejor y encara su jornada, con otro semblante.

En el bondi, escucha música al palo, con ánimo recuperado, aire de superación y sin estigmas de aquel sueño.

Se mostró alegre; propuso a sus compañeros un after, que se extendería hasta tarde. Pasó el momento al lado de una chica, que le hablo bajito al oído, riendo a carcajadas.
Otra vez se volvió a sentir con los pies sobre la tierra.

Regresando en taxi a su casa pensaba para sus adentros, en la locura de los días que había vivido.

Cruzando por la plaza se acomoda en un banco cerca de la fuente.

Ya no está el Hombre entrado en años ni hay personas.

En un suspiro que no termina, acomoda como puede su soledad. Inclinado sobre su cuerpo, cubriendo su rostro con ambas manos, solo escucha el sonido del agua en cascada, que se filtra en su mente abstrayéndose de todo cuanto hay a su alrededor.

En lo profundo de su viaje atisba el motivo de su soledad.

Extraña a aquella Mujer que solo en sueños encuentra.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Mira Bien (en la esquina de algún lugar)



Por un camino que pasa

En la esquina de algún lugar

Muchas cosas ocurren

Que nadie sabe apreciar

Tan solo unos pocos son

Los que se animan a ver

 

A un hombre en busca de algo

Que perdió sin saber porque… y

A una Mujer que entra y sale

Una y otra vez

Para arreglar su jardín

Con rosas y lirios siempre

Mirando a través de la verja

Esperando quien sabe que

 

A un duende en un unicornio

Que riendo se aparece

Vistiendo una capa verde y

Un sombrero color te

Para mostrar a quien quiera

El lugar donde fue

Que nació el amor de un Hombre

Que perdió algo sin saber porque

Por una Mujer que entra y sale una y otra vez

En el camino que solo unos pocos pueden ver


 

 

martes, 24 de marzo de 2015

A mis Hijas

Cuando llegue el día que me toque partir

Será la raíz de un pino nutriente de lo que fui

Alguna caja guardará imágenes

En retratos repletos de polvo estaré

Olvidado por muchos seré

Hablarán de mí…

Cosas buenas que ignoran… Cosas que nunca fueron

Nada será lo que lleve, pocas cosas dejare

Tal vez sean solo palabras pero mucho lo que diré

Seguro no sirvan de nada, pero es lo que se…

Hay cosas que siempre pasan y nadie sabe porque

La vida se vive viviendo y equivocándose

No es que debas saberlo todo

Pero elegí un camino y no te apartes de el

Cuando empieces a notar que algunas cosas te pasan

Seguro ha de ser porque brillas durante tu paso

Cuando eso te ocurra, comprende

No es por encandilar sino por avanzar

Pocos se animan a aprender y muchos a criticar

No juzguen ni señalen

Sean solidarias y humildes

Cuando les toque perder Sean dignas

Cuando les toque ganar, aprendan de quien perdió

Sean quienes son donde quieran que estén

Si alguna vez se hacen

Preguntas existenciales

No duden nunca, de cuanto las ame

Todo lo que hice fue, aprendiéndolo a hacer

Si equivoque la manera les pido perdón Fue sin querer

Para resarcirme les dejo

Algunas cosas que supe

Producto de mi camino

Me ha costado aprenderlas

Estas cosas pasan

Algunas las doy por segura, otras no se…

La ignorancia del sabio no conoce la sabiduría del humilde…

Quien se arregla con lo que tiene, no necesita nada

Quien todo lo quiere es quien más necesita

Deben saber que nadie conoce que alguien sabe…

El principio de la verdad

El fin de una mentira

El origen de los sueños

El sentido de un camino

Las horas por venir

El tiempo que pasa

La mente que piensa

El corazón que siente

La palabra que fluye

El silencio que calla y otorga

Los secretos del alma

La ilusión de creer

La noche para reflexionar

La siesta reparadora

El vientito en la cara

Hablar en voz bajita

La risa y el dolor

La lágrima que corre

Por la misma razón

El porqué de una Pasión

Un amor que llega

Otro que se va

La herida que sana por fuera

Por dentro no se ve

En quien se confía

De quien te cuidas

La Fe de tu creencia

El honor de una promesa

La educación recibida

La falsedad que lastima

La traición latente

El amor de una Madre

Acunar a un hijo

Soñarlas desde que fui un chico, de un barrio humilde, que supo desde siempre que Laura y Eugenia mi esencia llevarían

Les enseñe a soñar y a ser libres. Son mi orgullo y nada existirá en la vida, que supere el amor que tengo por ustedes.

El día que el sol salga por donde se fue, quiero que me recuerden jugando a tomar él te, sentado en una casita, adornado con collares y pintado con rouge, sonriente y Feliz al lado de ustedes, aprendiendo a ser Papá.

domingo, 22 de marzo de 2015

Donde nacen las palabras


Por la calle que baja

Sinuosa llegando a la avenida

En sus rasgos deja ver

Un espacio que filtra

La luz de unos ojos al mirar

Afuera para ver

Quien toca a su puerta

Para saber

Si de allí proviene la luz

Que iluminó su camino

Como estrella fugaz

Que orientó el lugar

Donde nacen las palabras

Que hablan de amor

Por el verde mirar

De unos ojos

Que nunca pudo olvidar

Semillas de Amor

Cierta vez, en una comarca que reinaba la pobreza, la riqueza del monarca hacia pie en una corte repleta de aduladores, sonrientes de vacío por sus panzas llenas.

 
Hasta que la miseria toco las puertas del Palacio, los cortesanos solo vivían su realidad en forma de presente.

 
Administraron por años su riqueza repleta del hambre ajena, y no sabían resolver la situación que golpeo a sus puertas.

 
Ya no había sonrisas y la música orquestal de fiesta, se transformó en una pompa con arpegios sin clave de sol.

 
Una voz se elevó en la confusión, para traer ante el Rey sin nada, un plato con alimento, que nunca había probado.

 
El Rey al degustar su cena ordenó recompensar con su Libertad a aquel cocinero, que marchó a la comarca que padecía hambruna y suplicó al monarca que alimente a sus habitantes, recibiendo del Palacio semillas para sembrar, con las que había preparado aquel plato.

 
Los años fueron generosos y la aridez del terreno se transformó en sembradíos que trajeron riqueza.

 
Pasados los años, cierto día el Rey que liberó al cocinero, le envía una carta, donde confesaba que nunca creyó que tomaría su libertad en tanta pobreza, teniendo todo en el Palacio. Que nunca supo, el secreto de aquel plato, suplicando le ponga precio a su talento, que sería abonado en monedas de oro.

 
 Como respuesta recibe una carta, escrita por el viejo Cocinero.

“Su Alteza, la libertad es riqueza; la pobreza es solo del alma de quien se apodera de la libertad de otro. No puedo poner precio al plato, pues solo eran semillas de trigo”

 
“Lo que sembró aquel día, no fueron semillas en tierra, sino Amor en su alma”

 
Moraleja: La soberbia hace ignorantes ricos de la pobreza de su alma.  

sábado, 21 de marzo de 2015

Sucede que...


Sucede que…al alba

 

Mi despertar renace

 

Sediento de vos

 

Un abrazo encuentra en la almohada

 

Restos del sueño que acabo de soñar

 

Miro alrededor

 

Buscándote a mi lado

 

Sospecho que pase la noche

 

En soledad

 

El frio de mi cuerpo se arropa

 

Con el calor de tu recuerdo

 

Que no es un sueño

 

Sucede que…al alba

 

Mi despertar renace

 

Sediento de vos