lunes, 31 de octubre de 2022

Pompón

Sábado por la tarde. Un día más tal vez. Pero no para mi hermana Daniela y para mi

Por la elocuencia de sus rostros, a mis padres también les causó algo más… con esas “sorpresas” inesperadas y no consensuadas

Regalo de tía Julia y tío Eduardo

Blanco como capullo de algodón, ahí estaba… moviendo la cola como si nos conociera de toda la vida. Lo bautizamos Pompón y fue un amor a primera vista

Junto con la pelota, era el juego preferido

Compañero fiel. Mil tardes acompañó la espera hasta que mi Mamá nos dejaba salir a jugar

Cómo sabía pompón a qué hora venía de la escuela ¿? No lo sé. Solo puedo decir que estaba allí en la puerta saludando mi llegada

Cuánta alegría toda junta, nos hacía sentir pompón. 

Una alfombra de colores cobijaba su sueño y una cucha improvisada su casita

Por las noches de frío y tormenta, le pedíamos a Papá, que nos dejara entrar a la casa. Cómo iba a estar solo, allí afuera, pobre mi pompón

Las caritas que hacía, sentadito en la puerta de la cocina, rasgando el tejido con sus patitas con pretensiones de ingresar. 

No había día que quería que pase rápido la noche, para volver a salir al patio a jugar con el

La alegría que tuve, aquella mañana, que Mamá me dejo llevarlo al colegio¡! Cómplice de mi orgullo, pompón me hizo sentir más que importante

Instinto canino o destino de celestino. Como sea, supo quién era la chica que me gustaba y el muy bicho se arrimó donde ella estaba a hacer sus gracias y mover la cola… como para hacerme gancho o tirarme el centro para que la encare

Algo exagerado tal vez. Seguramente al borde del lirismo. Pero el pompón era mucho más que una mascota. No era un perrito más. Era un vínculo entre el niño y lo que con el tiempo forjé

Nada fue lo mismo, después de Pompón

Nada termino siendo igual antes que el

Una locura para algunos. Una expresión de amor, para muchos

Solo tengo una foto con él. Bordados mil recuerdos, me remiten siempre a aquel sábado.

Habrá sido el destino o simplemente la magia de los días que tampoco saben que traerá el mañana…

Yo tampoco lo sabía, hasta que un día, sin mediar palabras, su blancura se fue de mi patio y las preguntas que nunca tuvieron respuestas aún siguen martillando en mi mente

Que pasó Papá ¿? Dónde está pompón Mamá ¿? No encontraba explicación

El silencio de mis padres, tan elocuente como aquella sorpresa no consensuada, reflejaba en sus rostros mis lágrimas que contrastaba con la alegría de aquel lejano día

Nunca pude comprender lo que pasó. Porque se fue

Sentí la pérdida muy dentro de mí. Se me partió el corazón y recién allí supe que era el dolor

Para nosotros fue el primero y el único

En cada vuelta de esquina, tenía la ilusión de encontrarlo

Muchas veces hasta me parecía escuchar, rasgar el tejido de la puerta

Nada pudo reemplazar su ausencia. Nunca más he vuelto a ver un perrito con su blancura, así de hermoso

Nunca más he vuelto a hablar de eso… como si se me hubiera congelado el alma

Nunca le pregunté a la tía, que fue lo que la llevó a traernos de regalo a pompón

Aquel día fue el más feliz que jamás imaginé podía tener

Vaya a saber si habrá sido el destino o simplemente la magia de los días que tampoco saben que traerá el mañana…

2 comentarios:

  1. Tu relato llega al corazón haciéndome temblar de emoción...tus letras conmueven...
    esos recuerdos remueven los míos...imagina cuántos pasaron desde que era una niña...muchos ciclos de recibir con alegría y despedir con llantos...recuerdo sus nombres...y cuánto festejaba cada nuevo encuentro, nuevo nombre, nueva ubicación en mi corazón...ahora ya no quiero sufrir nuevo ciclo y vivo de los recuerdos de los que ya viví.
    Saludos cariñosos Patricio...
    Graciela

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    1. Estremecen las palabras de tu comentario Graciela. Todo late en el alma, se revive en la mente y se refugia en el corazón. Paz y Bien

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