El día que tu
Mamá me lo contó, un aire de emoción me envolvió dulcemente
El antes y
el después se amigaron con el hoy y por una vez me dieron la razón en aquello
de creer que los sueños se hacen realidad
Hace tiempo te
esperaba… y por esas cosas de la vida ese momento es una caricia de esas que cicatrizan
heridas
Un milagro
(dije para mis adentros) y en un abrazo interminable, lleno de ternura, en
silencio agradecí a Dios
De repente,
mágicamente apareciste… asomada en puntitas de pie desde el pozo de los deseos y
dando saltitos de jilguero te acercaste hasta el alma a beber de mi alegría
Imágenes de
mil tardes por venir se presentaron ante mis ojos
En guitarra
cantamos “yo conozco un juego” y entre risas cómplices y corridas alocadas, celebramos
encontrarnos jugando a las escondidas
Un cuento te
conté mientras tu atención acomodabas en mi pecho y mirándonos a los ojos nos quedamos
dormidos
No habrá
horas sino tiempo… y será mi rostro repleto de sonrisas el espejo que refleje nuestros
momentos
En mis ojos te
verás y mis brazos serán tu refugio y si alguna vez… te preguntas porque te amo
tanto… será en latidos mi respuesta
Fue un
instante… no hizo falta más. Un traslado del pensamiento que viví intensamente.
Cómo voy a explicar que estás si todavía faltan varios meses para verte...
Cosas de la
vida (dije para mis adentros) y me fui… pensando en los momentos que pasaremos
juntos, como aquellos que ya venimos sosteniendo desde hace tiempo en mis
sueños
Traes la paz
de una caricia que cicatriza heridas… Para que siga siendo tiempo de vivir
sonriendo y esperar cantando