viernes, 23 de enero de 2015

El Orlando se cayó del Techo !!!

Quién sabe. Vaya a saber el motivo; pero todos los pibes, en algún momento (en especial, los que no teníamos terraza), nos subíamos al techo de la casa.

Nos encantaba. Era una especie de mirador, más cuando el barrio tenía relieves, por los arroyos y las quintas que te permitía otear el horizonte.
 
Sin barandas, ni escaleras, era un desafío que ponía en juego no solo el valor para encarar la escalada y explorar nuevas formas de trepar, sino para establecer métodos acrobáticos no aprobados por las leyes de la física.
 
Obviamente, eso no era gratis. Porque aun cuando tu vieja no te veía o no te escuchaba, siempre había algún vecino que le llevaba el dato…lo cual daba inicio al protocolo de los mil retos que mi vieja disponía, que iban desde “HOY NO SALIS”, hasta “VAS A VER CUANDO VENGA TU PADRE”

Siendo este último la pena de máximo rigor
 
Ciertamente es que cumplida la pena impuesta, ese mágico misterio que tenía de ir a ver que había detrás de todas las cosas, movilizaba mis células hasta experimentar la adrenalina de escalar hasta lo más alto del techo, que era el tanque de agua.
 
Desde allí se podía ver claramente, la casa de Javier, que estaba del otro lado de la quinta, por la calle San Pedro y hasta nos llegamos a comunicar con movimiento ampuloso de brazos, como quien hace señales marítimas pero sin banderolas. No podíamos emitir gritos, porque nos daba la cana. Así que la cosa, estaba en identificar los lugares buscados y grabarlos en tu cabeza como un mapa, para que desde la planicie te ubiques y sepas para donde tenés que agarrar si llegabas a necesitarlo.
 
Esta rutina, se hacía a la hora de la siesta. Siempre era así. Me gustaba sentir la brisa en el rostro, y como mayor transgresión, asomarme a la casa de Doña Angélica y hacer pis desde allí arriba. Era como un trofeo mostrado al barrio. Una mezcla de Libertad y Poder
 
Por eso, todas las madres de los chicos que teníamos relación, nos daban el mismo sermón. Que no subamos. Que algún día nos iba a pasar algo. Etc. Hasta inventaban historias macabras de chicos de otros barrios que tuvieron terribles accidentes por subirse al techo, sin decirle nada al Papá y a la Mamá.

Ya eso, nos daba aliento para animarnos a más, porque sabíamos, se notaba a la legua que era un verso, una artimaña de las madres, para amedrentarnos.
 
Pero como eran Madres, tenían a su favor que las cosas que decían se convertían en ciertas….y así pasó.

Aquel día, llegó mi vieja del mercadito de Rego, con el rostro desfigurado de haber llorado y una cara de susto tremenda (las madres de aquella época eran algo tremendistas; cosas que aprovechaban para sacar cierta ventaja)

Pero parecía que no pasaba por allí. La noticia estaba confirmada. Mi Mamá me llevo hasta la cocina, y antes de contarme me hizo jurarle que Nunca más me treparía al techo.

Juro que dude en prestarle juramento, porque esa aventura, en mi caso, no era una actividad temporal en la hora de la siesta, sino que era un refugio de las corridas para escaparme de mi vieja, cuando encaraba con ojota dominada, para hacer justicia por mano propia. El techo era ideal, porque mi vieja no trepaba; no tenía por donde subir y no teníamos escalera; así que una vez que en dos saltos yo llegaba a la cima, le miraba como gato asustado desde arriba, como proliferaba la cantidad de amenazas nunca llevadas a cabo, prometidas para cuando me canse y baje, ya que a su decir “YA VAS A BAJAR….” Lo cual era cierto, porque si bien tenía solucionado el tema de hacer pis, el resto de las necesidades las tenía dentro de la casa.

Así que mientras yo pensaba en todo esto en una fracción de segundos, mi Mamá empezó el relato de lo acontecido.
 
Empezó sin introducciones. EL ORLANDO SE CAYO DEL TECHO ¡!!

Hasta ahí, parecía ser un hecho irrelevante; pero cambió la carátula cuando prosiguió con el detalle del hecho. EL ORLANDO SE CAYO DEL TECHO, REMONTANDO UN BARRILETE ¡!!
 
No era una artimaña; lo comprobé cuando pude escuchar la sirena de la ambulancia, que se lo estaba llevando al hospital.

Pobre Orlando. Este era un Duro, y un atrevido. Cómo le vino a pasar esto ¡??

Remontando un Barrilete ¡!??

La verdad que me llamaba la atención, porque el Orlando, ya hacía tiempo había dejado de hacer esas cosas. Ya trabajaba en la carpintería junto a su Padre y hermano mayor. Había adquirido otra madurez. Era uno de los pesados. Que corno hacía remontando un Barrilete ¡??

No podía dejar de preguntarme eso

Delante de mi vieja, no me salía palabra. Sabía íntimamente, que esto condenaba mis intenciones futuras de continuar mis aventuras por las alturas de mi casa.

La pucha ¡!!! Que macana ¡!! Porque encima el que se vino a caer, era el más avezado para estas actividades. Una especie de líder, que lo anteponíamos como estampita cuando empezaban los rezongos hogareños; que íbamos a decir ahora ¿?

Peor fue cuando lo trajeron a la tarde. Estaba hecho pelota. Parecía la momia. Le enyesaron el brazo derecho, la muñeca izquierda, tenía un vendaje en la cabeza, y le cosieron la lengua, lo que hacía dificultoso entablar una conversación  con el Orlando, que fiel a su valentía rebelde, no se entregó al descanso diagnosticado por los médicos, sino que se paseaba por el barrio, orgulloso de sus heridas.
 
La verdad que daba un poco de cosa verlo. Porque a la imagen monstruosa se le sumaba un extraño balbuceo cuando intentaba hacerse entender.

Claro, con la lengua cosida, no debe ser fácil hablar.

Causaba entre impresión y gracia verlo. No tuvimos tiempo para darle ánimos, porque enseguida comenzó a contarnos cómo fue que se cayó
 
Ahí nos dimos cuenta de lo que pasó y aun cuando contáramos eso en casa, como testimonio que el supuesto peligro del techo no tuvo nada que ver, para ese momento las madres ya habían clausurado para siempre la temporada de hacer cima en el tanque de agua.
 
Había ocurrido que el Orlando, no pudo contener la tentación de remontar el barrilete de su sobrino, porque había escuchado que desde los techos de las casas del otro lado de la quinta se podía ver nítidamente todo…y quiso aprovechar para dejar sentado como quien llega a la luna o escala la cima del Everest, que él había llegado más alto que alguno de nosotros… y en realidad llegó más bajo que ninguno porque terminó estampado contra el piso con el Barrilete de frazada.
 
Nos queríamos matar…en el paso que iba dando para atrás para soltarle hilo al barrilete que tomaba vuelo, supo cuánto eran 4 metros de altura…
 
Gracias al Orlando, ese día aprendimos que quien tenga la ambición de llegar muy alto debe conocer los límites por donde puede transitar…y no debe olvidarse cuanto se aleja del piso…

La distancia Justa

El amor es la más grande de las aventuras humanas.

También es un entrenamiento.

El entrenamiento para encontrar la distancia justa entre dos personas.

 
Los miembros de una pareja experimentan, desde el primer momento que se ven, una búsqueda permanente y dificultosa por encontrar la distancia justa.


La atracción y el rechazo viajan juntos desde el comienzo.

La búsqueda de la distancia justa es fuente de placer y sufrimiento.

sábado, 17 de enero de 2015

El milagro de la Calle San Pedro.

Roñoso ¡!!! Piojoso ¡!!! Te das cuenta lo que hiciste ¡!??

Los dichos disparados con bronca, acompañados con furia dibujada en el rostro, hubieran quedado ahí. Pero el trompazo que tiró el Bachi al Güido fue motivo suficiente para que empezara algo que marcaría por siempre mi destino.

Para que ¡!!! El tano reaccionó y tiró un manotazo, que embocó al mentón del Orlando que no tenía nada que ver…..y fue para peor….conociendo que tenía pocas pulgas, se defendió…primero con un insulto… Narigón y la Put.. que te par… ¡!!! Y después descargó una serie de golpes de karate, que había aprendido mirando por la ventana del tuichi que tenía su academia detrás de su tintorería.

Que pasó ¡!!! No sabíamos bien el motivo del quilombo; salió de la nada misma.

No podíamos quedarnos a mirar…. había que sacar manos y meterse en la trifulca….que solo paró un momento por la intervención del Doctor Perticone, pero nos corrimos dos veredas y la seguimos.

En la barra, cuando la cosa era entre los grandes, nosotros los más chicos no podíamos intervenir así como así; había que tener…..algo más que ganas...

Sabiendo quienes éramos los pibes del barrio…donde vivías…quienes eran tus viejos… estabas obligado a otorgar un plus... cómo la elección de una divisa futbolera, o una causa política, se te mide por el modo que actúas y la decisión que tomas cuando elegís (de qué lado estas).

Y no es por presumir; pero las exigencias para conmigo eran superiores, a las del resto. No era lo mismo la participación del Conejo o del Bocha o del Pichi o  el Baboom, que la mía. El Fabi, era una cosa…que no se…pero cuando se armaban los despelotes él nunca estaba, pero después te los contaba con lujo de detalles…

Si bien yo no era grande de talla, y en edad varios estábamos parejos a los otros pibes, el resto estaba eximido de encolumnarse detrás de uno o de otro.

Para armar el equipo (en realidad ya lo teníamos armado), los más grandes los “tenían” en cuenta, para llegar a la cantidad necesaria. Pero a la cancha entrabamos siempre los mismos, no solo por la confianza en el juego, por aquello de entenderse bien con la pelota ya que todos tenían buen pie, sino porque había que poner en la cancha a aquellos que no arrugarían en el momento que, seguro… pero seguro, había que meter la patita o entreverarse a alguna trifulca, y ahí no podías defraudar…

Y ese día, no es que la intervención del tordo dio por finalizada la contienda. Nos corrimos una vereda y la seguimos.

Lo que nos llamó la atención, que el tordo, se quedó en la vereda, con una gamba apoyada en la pared fumando un faso y tomando mate con los padres del Bachi; porque a decir verdad, las veredas estaban los padres, sentados en las sillitas de mimbre tomando mate, o arreglando el jardín.

El tordo, tenía el consultorio en la casa del Bachi. Tenía puerta de entrada independiente sobre la calle San Pedro, del otro lado de Campichuelo, en la parte recientemente asfaltada; la confianza que le tenían hacía que se mueva por la casa, como un integrante más de la familia. Así que estaba acostumbrado a estos quilombos.

En más de una oportunidad, se nos fue la pelota por la ventana de su consultorio, mientras él estaba atendiendo. Siempre con una sonrisa, era como un padre más, nos devolvía la pelota por la ventana.  

Tal vez sea por eso, que cuando se armó aquel día, a nadie le llamó la atención, sino era por el elevado tono de los gritos, y porque eran solo dos los contendientes, sino que la trifulca adquirió dimensiones de proporción.

Ya con el Güido, yo había tenido un altercado, y eso que yo era el más chico; pero igual le hice frente, a pesar que perdí por puntos…pero gané en prestigio por habérmela bancado.

No llamó la atención entonces, que en el momento de iniciarse el despelote, yo me encolumnara detrás del Bachi; si bien las razones eran obvias, también es cierto, que sabía que el Bocha y el Conejo se iban a poner del lado del  Güido, y tenía serias intenciones de aclarar algunas cosas con ellos…

Al que le tenía desconfianza era al negro Juan; imagínate…me había embocado un gato, que llame JUAN en su honor, pero termino siendo gata, y encima tuvo 9 crías…

Se había agarrado a trompadas con el Gustavo en el campito, y era pesado, casi cargoso…molesto, porque sabía que dominaba con su presencia, sin necesidad de hacer ni decir nada.

Todos estábamos atentos, porque si el negro se ponía de un lugar, lo iban a seguir el Orlando (pese a que estaba de manos con el Güido, era amigote del negro) y otros tantos más…

Así que la pelea podía ser un tanto despareja…y como te digo…no podías arrugar…menos yo…

Estaba jugado. Que pase lo tenga que pasar.

Te juro. Si quisiera exagerar no me dan los números; porque detrás del Bachi, conté a Gustavo, Jorgito el Chileno, y Yo. Luis de Don Ovidio y Doña Conzuelo, no se metía en estas cosas, y lo dicho, al resto de los pibes, más chicos, ni los teníamos en cuenta…

Así que cuando nos corrimos dos veredas, se puso oscuro como tormenta del norte…puso feo…muy feo…

Don Jiménez, se acomodó en el umbral, porque era un acontecimiento único el que estaba presenciando.

El Papá de Raulito  y de Marito, dejó la losa que estaba haciendo, y asomó la cabeza por el tapial…

Don Ovidio, lo miraba desde la terraza.

El Doctor Perticone, bajó la persiana…los vecinos que estaban tomando fresco en la puerta, entraron los silloncitos de mimbre…y para cuando las comadres empezaron a gritar…Empezaron los trompazos

Estábamos todos bien afirmados, porque no hubo corridas. No había lugar para insultos, porque si te distraías, te comías una mano.

Pero en un momento cuando lo tenía al conejo agarrado del cogote, y no corría riesgos de comerme un bife, me iluminó el Espíritu Santo.

En la barra, recibís los sacramentos de la vida, y parece que ese día fue el Pentecostés de nuestra esquina, y en el pensamiento se me aparecen las imágenes de porque estábamos cagándonos a trompadas, y no encuentro un solo motivo…

No estábamos jugando a la paleta; tampoco a la pelota; no estábamos sentados en los escalones de la esquina de la casa del Luis… Repasé cada imagen como quien edita una película, y no encontraba el evento iniciador… hasta que lo vi…

Epa ¡!! A la mierda ¡!! Y esto ¡!??

Todo me fue más claro; pero llegar a esa conclusión no me salió barata.

Porque cuando volví en mí, el conejo se me había zafado y me había metido un par de cortitos, que dejaron evidencia en mis pómulos, que me permitió escuchar claramente la puteada del Bachi que me reclamaba porque carajo me vengo a colgar justo en este momento

Con lo que me queda, le hago una mirada…como  “después le explico, tengo todo claro”

Esas señas fueron observadas por el resto, y como quien descubre que tengo el as de espadas, el de Bastos y el siete bravo…se fueron al mazo…

Un milagro ¡!?? (Pensé para mis adentros); pero no. Estaba relacionado al  evento iniciador, que capté casi imperceptible repasando aquellas imágenes.

Paso que nosotros éramos de la Sociedad de Fomentos Mar del Plata. Una de las tantas de la zona. Pero la verdad, es que te movías por todos lados; eso sí, respetando los códigos barriales. Si jugas de “visitante” tenías que pisar más fuerte todavía, porque si querías ganar una mina, no solo tenías que tener chamuyo…

Entonces, lo que había pasado, fue que en el Baile de Carnaval del último sábado, se habían roto aquellos códigos…esas cosas son sanguíneas…se cobran al contado…

Para peor, los de la Calle Formosa en esta ni siquiera tuvieron nada que ver, porque los que venían del Barrio Sarmiento, pasando la 9 de julio eran los más pesados que pudieras haber conocido…y la cosa fue con ellos…

Ahora se comprende el porqué de la reacción del Bachi; tenía que ver, con un reclamo al Güido. Reclamo que estaba asociado a perder el fuero de esquina que tanto cuesta obtener y sostener; porque el muy boludo del Tano, se quiso hacer el bonito con una mina justamente del territorio de los flacos del Barrio Sarmiento… y lo hizo en nombre de nuestra Barra. Nos mandó al frente ¡!! Literalmente nos condenó a muerte. TODOS sabíamos que nos iban a venir a buscar, porque estos tipos, cuando resuelven un entuerto de esta naturaleza te encaran y exterminan la existencia de los miembros de una barra.

Por eso lo vi cuando estábamos en medio del despelote. Porque no entendía muy bien lo que estaba pasando, y porque en ese caso, teníamos que estrechar filas, para cuando estos flacos aparezcan….y aparecieron…en ese mismo momento…

No fue mi seña la que suspendió la pelea. Fue la aparición de estos…que eran como 50…

Listo. Se terminó. Pensé en salir corriendo. Lo admito. Porque miré a la puerta de mi casa, y calculé no solo la distancia, sino la cantidad de obstáculos, personas y demás que se interponían en mi camino, y aunque lo hubiera querido, no llegaba. Ni que decir, si en la carrera alguno te llega a alcanzar o agarrar…porque es peor… no la contas más…

Por lo que decidí, una vez más hacerle frente a la situación y quedarme, y a juzgar por la gravedad, era lo peor a lo que me había tocado enfrentar, después que el Doctor Perticone me tiró el Cuerito…

No teníamos manera. No había modo de zafar.

Hasta que…viendo la falta de equivalencias, el grupo visitante decide resolver la ofensa, con una pelea mano a mano, con un representante de cada barra.

El propuesto por los integrantes de mi esquina fui yo… La puta madre…y ahora ¿?? De que me disfrazo. Lo más seguro es que me coma la paliza de mi vida.

Pero…ahí…el milagro otra vez. No me quedó otra que creer que ese día era nuestro bautismo con el Espíritu Santo, porque ellos proponen al Pedro Acevedo… y al menos tenía una oportunidad. No muchas. Pero con una me alcanzaba.

Y así fue nomás, porque no alcanzaron a armar la ronda, que oficiaba de ring, que ya lo tenía puesta de espaldas al Pedro, sin necesidad de tirar un solo golpe.

Cada vez que se quería zafar, lo apretaba contra el piso, y le hacía sentir el rigor de los 60°C que gozaba el asfalto recientemente inaugurado…

Se fueron por el mismo lugar donde aparecieron y hasta que me mudé a fines del ’77 nos los he vuelto a ver.

Desde aquel Día, el Güido me alcanzaba en su bici, hasta donde yo tenga que ir. No importaba la distancia.

Don Jiménez no tomo más después de aquel accidente. Pero ese día, alivió sus labios con una copita de mistela…

El Doctor Perticone me dejaba solo a mí, pasar a buscar la pelota adentro mismo de su consultorio…

Don Ovidio, le hizo la escalera a mi Abuela y el Papá de Raúl y Marito era Hincha incondicional mío en cada partido que jugábamos.

Había sido ascendido a la categoría de intocable y mi Mamá no me dejaba ir solo del otro lado de la 9 de Julio…

Por años, estuve pensando y pensando en todos ellos.

Nunca me fui y jamás termine de volver…

35 años después…regresé a caminar aquellas calles…con miedo de no encontrar mi esquina como era…

A sabiendas que el progreso es voluntad del tiempo, te juro que se me paralizaron los sentidos cuando pasé por el lugar de aquella pelea…

Evidentemente algo místico pasó aquel día…te lo dije ya…porque en la misma vereda donde lo tenía agarrado al conejo, en la misma calle donde lo doblegue al Pedro, hoy se levanta erguida una Iglesia…

Me llevé la mano al corazón… (Hoy late un tanto caprichoso)

Sequé las lágrimas de mis mejillas y seguí mi camino, a ver que había del otro lado de la 9 de Julio.

 

 

domingo, 11 de enero de 2015

Mi Tía María Elena

Como es eso de la identidad y la educación, que en mi caso, es tan claro que no tengo dudas de quien soy, por aquello de SOMOS COMO SOMOS porque VENIMOS DE DONDE VENIMOS…

En la familia donde provengo, mandaban las mujeres
En realidad, gozaban del lugar que los hombres por calidad humana les otorgaban y eran merecedoras del sitio de honor, que como un trono, ocuparon con altura.
Casi puedo afirmar con certeza, que más que mandar, amaban.
Ese era el distingo por el cual, el matriarcado tantas veces citado en cada anécdota, pasó a la historia, cada vez que una de las Damas de la corte partía de gira…
A todas, les guardo un lugar en mi corazón. En cada recuerdo permanente.
Hay un vínculo, que no solo es existencial, sino que trasciende lo genético.
No es celular, el motivo por el cual, yo he caído en el seno estas Familias (materna, paterna, política). Resulta evidente, que una mano divina es la que define como se forma el equipo..
Aquí no hay dudas ya, que los que hemos sido colocados por mano celestial, en esta institución familiar, como vástagos herederos de un linaje sanguíneo que se caracteriza por…..el amor, somos los responsables de continuar el camino trazado..
Quedamos nosotros ahora… veremos si somos capaces de honrar tanto amor recibido..
De las fuentes de la crianza, en la cual bebimos, hemos recogido los nutrientes, que nos dan la fuerza, y la entereza, el aplomo….para ser ejemplo para nuestros hijos.
Lo que no creo…que tengamos la capacidad y la altura, es para ser protagonistas de historias…como las que vivimos…y contamos como un cuento para conciliar el sueño de los hijos que llegaron...
Sin dudarlo. La tía María Elena. La Negrita pica en punta, en el anecdotario y tiene un lugar en el  cuadro de honor
Era la hermana de mi Papá. Mi Madrina.
Si no hubiera sabido quienes eran mis antepasados, no hubiera tenido problemas en identificarlos rápidamente. Ser es pertenecer a las formas, modos, usos y costumbres de la Negra y Marieto.
Cualquiera que mire la cara de nuestros hijos, los ve a ellos. Ni hablar en los gestos…y espantan los modismos adquiridos por los mocosos…
Es obvio que la genética es mágica. No es ADN…es impronta…parte de aquellas historias hechas realidad.
Decía que la Negrita, sube al podio, porque teníamos relación tan cercana como directa. Mamá de mi primo Carlos, me elevó a la Categoría de Hermano, porque el Cacho es mi hermano junto con Daniela. Nos sabemos de memoria. Pueden pasar siglos sin vernos que sabemos todo de nosotros.
Compartimos Todo y de todo. Desde los juegos y sueños; hasta carnavales y vacaciones.. quedarnos a dormir, las salidas de adolescente…
También, y es justo decirlo, la genética tuvo riquezas, con la aportación de Malena (mi Mamá) y Salvador (mi tío), quienes dotaron de equilibrio, calma y razón al terremoto de los otros dos…
Si no hubiera conocido a mi Tío Salvador con su calma y parsimonia, transmisor de Paz, hubiera jurado que mi viejo era el Hombre Radiactivo. Que vitalidad tenía es Hombre por Dios ¡!!!
Mi tía era presumida de su adorado hermano, y no se quedaba atrás con eso de no quedarse quieta… Que los pario ¡!!! Como hinchaban las pelotas ¡!!
Todo lo que hacía mi viejo, la negrita le agregaba tres ceros…
Siempre me contaba mi Mamá, del día que siendo yo una criatura recién nacida, ante la explosión de una garrafa de CO2 que cargaba un sifón…me agarró del cochecito y salió corriendo para la calle….DEJANDO ENCERRADOS A TODOS EN LA COCINA ¡!!!
Cuando volvió a entrar, y ante los reclamos populares por su huida y posterior encierro, los enfrentó a todos y dijo: ¡!! Y BUENO VIEJO ¡!!! YO SALVE AL CHICO ¡!!!
Autora de la célebre frase “YO LIMPIO, POR DONDE SE VE….y POR DONDE NO SE VE…”, estaba baldeando a baldazos de agua, hasta que le tiro a un enchufe….y para apagar el incendio, le tiró AGUAAA ¡!!! Mi abuelo Silverio, con el tono de voz de un Ángel, le dijo…PERO NEGRITA…
Eso si…el día que Silverio se enojó hasta su máximo extremo, cuentan que fue, cuando navegando por los botecitos en los lagos de Palermo, la Negrita se asustó por el movimiento en el agua de la embarcación (se habrá pensado que estaba en el Titanic la Negrita), y se paró en el bote a los gritos en el medio del lago….cuentan que Silverio le amenazo con partirle un remo en el balero..
Otro día,  un elefante se escapó de un circo….y encaró al colectivo.. donde venía la Negrita…para que ¡!! A los gritos por Triunvirato…obviamente el elefante a la única que perseguía era a ella…
En unas vacaciones que compartimos en Córdoba, en una kermese, mi Papá estaba jugando en esos juegos, donde se trata de tirar con un rifle a unas figuras que aparecen porque mi hermana quería un osito de premio…como mi viejo le acertaba a todo lo que se movía…se empezó a llenar de gente…y la negrita no perdió oportunidad para tirar al viento y que se escuche y se sepa “MI HERMANO ES CAMPEON DE TIRO!!!”
Los recuerdos se sumarán y seguramente las historias, las vivencias surgirán en lágrimas y sonrisas.
No estemos tristes. Seamos dignos de seguir los pasos que nos trazaron y tengamos FE que Si hemos de poder contar historias y recordar a las personas que nos amaron, quiere decir, que entonces no nos dejaron. ESTARAN POR SIEMPRE JUNTO A NOSOTROS
Ese es el milagro de la Vida eterna.
Que descanses en Paz Tía María Elena
Dale un Abrazo a mi Viejo y un Beso a mi Mamá

miércoles, 7 de enero de 2015

Patealo Vos... (Dedicado a mi Amigo Jorge Panighini)

Perder la dignidad por dejar de ser quien sos… Pasar vergüenza por no enfrentar el momento… Es motivo de anulación de fueros de pertenecer a la barra. Es una deshonra

No hay peor cosa, para los que forman parte del núcleo atomizado naturalmente por la genética social de la esquina, que seas cagón…

Donde quiera que vayas llevas esa esencia, porque “LA ESQUINA” será siempre donde la barra se junta y si el destino hace que tengas que emigrar, llevarás por siempre ese lugar donde quieras que estés...

Para eso fue creada por la Divinidad Suprema. Para que sepas con quien te juntas, quienes son tus gomias y sobre todo patentar tu identidad, sabiendo para siempre QUIEN SOS...

El prestigio que otorga la esquina es de naturaleza medular…más cuando se trata de defender ese prestigio en una contienda futbolera.

 
Contienda futbolera, que llegaba de lado del Victorio.

Era el líder. Nuestro referente. Un ganador.

Todas las minitas del barrio estaban atrás de él.

Si bien todos teníamos voz y voto, las decisiones más pesadas las tomaba el Victorio.

 
Por eso aquel día llamó la atención su actitud

No esperábamos que eso ocurriera; estábamos seguros que eso nunca le pasaría.

Desafío barrial en el potrero. Al solcito de enero... chivo el partidito.

No hay cansancio. Hay tensión Extrema. Se juegan muchas cosas.

Las piernas entumecidas por los golpes y por los nervios…el reloj corre…Faltan dos minutos y viene esa jugada fatídica….enorme patadón del 2 al nueve nuestro dentro del área.

La vieja que miraba desde atrás del tapial, haciéndose sombrita con un diario... levantó el tuje de la sillita y gritó Peeeeenal, delincuente ¡!!!!, golpeador !!!!!


No había dudas que lo que seguía definía el pleito, o no; el prestigio o el cadalso; la palmadita y el abrazo o la puteada; era el tiro desde los 12 pasos

Todos en el equipo tienen en la mente que el penal, lo practica, lo ejecuta, la tiene clara y lo patea el VICTORIO!!

No queríamos mirar…

Victorio agarra la pelota… la pica un par de veces... se da vuelta para un lado… la pica de vuelta... se da vuelta para el otro y... mira a Jorge fijamente para rematarlo e intimarlo...patealo vos…

La reacción del Victorio, llamo mucho la atención, pero no queríamos quemarlo delante de los pibes del otro barrio.

Pensamos cualquier cosa. Que estaba afectado por la radiación UV o de los 45° a la sombra, o que algo se le había ocurrido…

 
Supimos ahí mismo que el muy bicho conocía al aquero, y este le sabía las mañas al Victorio… Pero además  se habían distanciado porque el Victorio, le había vendido el auto al arquero y nunca le había firmado los papeles de transferencia… Había conocimiento mutuo, pero también había pica...

Era mucha ventaja que no podía otorgar, cuando lo que estaba en juego era el prestigio de la esquina, por lo que el Victorio le dice a Jorge, que iba a distraer al aquero, con aquello del auto…

 
Jorge no esquiva la responsabilidad. Es ENORME…

Muchos de los pibes se acercaron a darle una palmada, como quien despide a un muerto…Victorio se colocó en la línea de costado…cerca del área donde se patea el penal…


No hay sonidos. El silencio es tremendo…

El arquero, es bueno. No se mueve. No le da referencias…


Mirada felina…casi de turro…. Jorge habla en voz muy bajita… algo está susurrando, pero no se escucha nada…

Corta carrera…. Camina lento hasta el balón…

No queremos ver… que hace ¿??? Porque no le apunta a la cabeza…!!!!!

Tiró suave al segundo palo…y…GOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLLLLLLLLL  ¡!!!

El arquero ni se movió.

Se quedó clavado en el piso, mirando las señas que le hacía el Victorio desde la línea de costado….

 
Termino el partido. Todos abrazan a Victorio; todos menos yo que corro a abrazar a Jorge por su gol y para preguntarle qué carajo decía en voz bajita… Me miró…me contó al oído lo que dijo, nos cagamos de risa y nos fuimos.

 
Jorge emigró a otros barrios llevando en su esencia aquella esquina… portando su sabiduría y su calma.

 
La misma calma con la que encaró al arquero para patear el penal y en voz muy bajita le dijo socarronamente… “CHE, SABES QUE EL VICTORIO SE COME A TU HERMANA ¡!???”, aprovechando las señas que desde un costado de la cancha el Victorio le hacía al aquero recordando el episodio del auto… como quien firma papeles…
 

lunes, 5 de enero de 2015

Nada que decir..

Noche perfecta. Cálida por el entorno. Fresquita al aire libre.

Estrellas que inspiran a un poeta…luna que ilumina la escena ideal para decir cosas lindas al oído…que proliferan cuando te hablo de amor…
De un amor que no fue… pero que hoy…hoy es el día…

Estábamos sentados… bebiendo, riendo…

El brillo de los ojos confirmaba el momento y entonces susurre que algo quería decir… como un anticipo de una declaración de sentimientos que nunca vio la luz. Nada nuevo. Pero tenía que hacerte saber el secreto que guarda mi corazón.

Te escuché y fue quedar tieso…mudo… En tu respuesta fue darme cuenta… y casi como quien cae abruptamente sin esperarlo, supe cuánto es el valor de un instante y con certeza comprobé que vale lo mismo que dura un sueño
Ni siquiera fue una negativa: NO ME PRESIONES…

Ahí me enfrente con una vieja conocida: LA VERDAD y aunque duela la acepté porque es la única que dice las cosas como realmente son y una vez más tiene razón. El equivocado es uno que todavía cree que los sueños se hacen realidad…

Darme cuenta, que aquello que no fue No será, me ubico en tiempo y espacio….dolió….porque la verdad duele cualquiera sea el modo que se reciba y aun cuando no se expresa hace evidente lo que quiere decir, mostrándote la situación como si la estuvieras mirando desde otro ángulo…

No es que hizo falta escuchar lo que en realidad mi mente ya sabía. Solo que me había afirmado en el sentimiento que solo mi corazón sabía y me ilusioné y creí y soñé aún más…

Me sonreí…como aceptación y tímidamente me hice a un costado.

Termine mi copa de vino y mi palabra no volvió a fluir… Mi corazón una vez más ocultó su secreto… El sentimiento se llamó a silencio y mi sueño duró un instante… Nada que decir…Fueron mis ojos los que te expresaron cuanto te aman…

sábado, 3 de enero de 2015

Destino de un Sueño..

Solo cuando el presente sea testigo de mis sueños y se declare como pasado...

Solo cuando distinga un futuro donde finalmente encuentre lo que busco....

Será la hora señalada por el tiempo que me diga que el camino terminó….al fin a mi destino he llegado… Despertaré de mi sueño…viviré a tu lado…