He visto al señor…

Es un milagro¡! esbozó a los gritos Doña Ramona

Desde la Sacristía se asomó el sacristán con el Cáliz en la mano y el Padre a medio vestir los hábitos para la misa, con las cejas preguntó “Que carajo pasa ¿?”

Enseguida llegó el comentario desde el confesionario

Resulta que el Diacono confesando al Rogelio, este le juró por todos los Santos del Cielo, que ayer al salir del Boliche, más temprano que de costumbre, con alto contenido etílico en escaso torrente sanguíneo, llegando para su casa, mientras buscaba a oscuras, las llaves para abrir la puerta, ha visto al Señor

Rápidamente la secretaría parroquial, envió un mensaje al Vaticano, anunciando la buena nueva, para que envíe al Nuncio Apostólico al lugar a confirmar el Milagro

Una peregrinación de fieles marchó hasta la casa del Rogelio, a consagrar un santuario y en la puerta una Cruz marcaron, rodeándola de velas

Por haber sido “el elegido” para llevar el mensaje a la comunidad de creyentes, lo nombraron “El Apóstol Rogelio”

La junta episcopal en su conjunto avaló la voluntad popular y encomendó una enmienda en los Santos Evangelios, con la sagrada escritura “Y el Señor extendió su mano y señaló donde debía erigirse su altar”

Terrenal situación, le daba al hecho la condición de un nuevo misterio de la Fe

Quizá por eso, fue que nunca han querido volver a revisar el episodio, cuando al fin se supo que el Rogelio aseguró en confesión, que aquel día, a la sombra de la noche su Mujer huyó con otro hombre de su casa y a pesar de su estado, él ha visto al señor…