Jamás renunciaré a mi Fe
No confundas mis plegarias con blandura
Mi refugio es el Cristo que tu niegas
Aunque la tranquera de mi corazón
Parezca cerrada desde lejos
De par en par abierta siempre está
Dificulto puedas ingresar a mi apero
Por más terrones que traigas
No es para cualquiera montar a pelo este potro
Con la fusta no se doma si es que pretendes
Sus bríos ni siquiera hagas el intento
Es como encerrar el aire entre tus manos
No me postrare a besar el anillo a ningún Rey
Por portación de blasones
Fiel a mi sentir no traicionaré a la sangre
Donde procede hasta la última gota de mi esencia
Antes que mi alma entregar a la cegada estampida
De la imposición que todo se lleva por delante
Prefiero morir a rendir pleitesía a la mediocre paganía
Escondida entre las sombras
Cobarde como la hiena
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