A su manera

Iba a pasar. Lo estaba esperando

Me iba a pasar de un momento a otro

Te estaba esperando. Sabía que te harías presente

Lo que desconocía era como, y cuando empezaba la flojera, de tanto sostener al entorno, al timón de este barco, haciendo lo único que sé, que es hacer frente a las paradas bravas, bancarme todo... Apareciste

Me llamaste y fue a través del Viejo y querido Orestes Moriconi. El “Mori” de tantas anécdotas que crecieron conmigo. Ese que escribió con tiza en la pared de casa “Mario vine yo” un día que vino de visita y no estábamos.

Habló por vos y escuché todo lo que me querías decir

Qué lindo oírte parlamentar de nuevo, aunque casi le aflojo, en la mitad de la conversa. Trabe con fuerza, tragué saliva, apreté las mandíbulas como me enseñaste y le di para adelante

Al terminar corrí a Daniela para contarle y ahí me di cuenta… querías que le hable a mi manera… Viejo bicho¡!! Que bien la hiciste; ella sabe que estás siempre; lo tiene a Emiliano, que se baña entre 6 y 7 veces por día rindiendo culto a su querido Abuelo

Sabes Viejo… por estas épocas, resulta inevitable moquear; 

Es increíble. Pasan los años y seguís estando; en cada recuerdo, en cada palabra, en todo y siempre te las rebuscas para hacerme saber el camino por donde tengo que agarrar

Mirando a tus ojos debes saber que me mandé algunas macanas (no pongas esa cara por Favor ¡!!); pero estamos todos bien

Estoy al Frente de todo

Firme y Digno- Haciendo lo que me enseñaste, alguna vez…allá lejos cuando niño, cuando me decías: “Sos el Hombre de la casa, quedas al mando. Cuida a Mamá y tu Hermanita”

Espero que me sigas confiando ese privilegio. Juro que honro tu memoria y debo decirte que no sé si me sale tan bien como a vos, pero camino derechito por el sendero que nos señalaste

Con la vista nublada de lágrimas te confieso que necesitaba de vos. Te extrañaba Papá

Gracias por pasar a tomar unos mates conmigo

Un abrazo