Cuando eran
épocas de conquistas…
En nombre de Dios se ocupaban territorios…evangelizando a
fuerza de machete y de fusil.
En un mundo de elefantes montados en tortugas, la nobleza no
reñía en los campos de batalla, aportaba con su riqueza a las finanzas de los
Reyes, que enlistaban en sus ejércitos a campesinos y plebeyos.
Puestos en al frente para que el enemigo gaste municiones.
De las trincheras no alcanzan a escuchar el ruido crujiente
del miedo y su aroma de letrina que ignoran gracias a sus fragancias bien
olientes, pues los altos estrategas de pelucas con piojos, celebran su ascenso
por vencer a su oponente en orquestales salones, bailando al compás del minué,
luciendo sonoras medallas en sus atuendos de aromas rancios.
Cuando eran
épocas de crecer y sentar bases…
En nombre de Dios se pronunció una elite santulona, dejando
fuera al creyente…
Su alarmada nobleza se oponía a los campesinos y plebeyos, no
quería que ocupen lugares de privilegio en la sociedad ni reclamen sus derechos.
Las damas en sus tertulias, enfundadas en pieles de animales
extintos, con sus meñiques distinguidos comentaban vaporosas de té importado, señalando
acusadoramente… Como es eso que un morocho, pretenda que sus hijos estudien ¿? Quién
limpiara nuestra mugre ¿?
El método popular conocido como democracia, atentaba contra
su aristocracia.
Cuando la época
sea era…
El hombre romperá las cadenas de su moderna esclavitud y será
libre de sí mismo… creerá en su esencia y gozará de su tiempo sin importar el tintineo de las monedas que
le hace oír su vecino que pobre solo las puede contar, pues no le servirán cuando
deba mirar por su ventana como es la riqueza de quien esboza una sonrisa hamacando
en sus brazos a sus hijos para hacerlos dormir la siesta…
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