Maravillosos años han sido aquellos, los de la escuela
primaria
Por haber tenido la fortuna que nuestros Padres nos llevaron
de la mano hasta el portón de entrada del Colegio.
Primero una escalinata de grandes escalones; años más tarde
una rampa. Allí nos depositaban con un beso y el último arreglo del guardapolvo
para lucir impecables y nos recibía la hermosa sonrisa de la Maestra
Un submundo de 7 años de duración. Cultivo de amigos y
hermanos de la vida. Aprendimos mucho, Si. Pero sobre todo salimos hechos lo
que somos y quienes somos.
Nos formaron desde la pedagogía y más que nada desde el amor
Es que éramos los mismos chicos que después jugábamos en las
esquinas, o te cruzaban en Misa.
Casi fue una crianza en paralelo con los viejos
Recuerdo a mi Vieja decir, que sea buen chico, que me haga de
amigos, que duran para siempre.
Retumban las palabras de mi viejo, decir a la Maestra el
primer día de clases “Al mío si le tiene que dar un Esquiafo se lo da nomas”
Mammmmitaaaaa que los parió ¡!!!
En los actos escolares protagonizábamos obras de teatro
memorables. No se notaba el cambio del diario, para quienes nos conocíamos,
porque juro haber visto al Chicho decir que no hizo la tarea por ayudar a su
Padre en el negocio… con una credibilidad notable (cuando la realidad habíamos
estado boludeando toda la tarde con la bici).
Las Mamás te venían a buscar a la salida. Los que iban para
Montevideo a la derecha; los que arrancaban para Formosa, a la izquierda.
Nenas de un lado. Varones de otro, en la formación
A mí me venía a buscar mi Mamá hasta que mi hermanita Daniela
terminó el Jardín y empezó primer grado, encima en el turno tarde (yo asistía
por la mañana)
Recuerdo a todas las seños que tuve, en especial a Giovanna,
que fue mi maestra de 1er a 3er grado y resultó inolvidable para aquel grupo
que egresó en 1976…
Año que ha de quedar en la historia por todo lo que se inició
social y políticamente (aunque su gesta data de una década atrás) culminado con
una guerra
Gracias a la contención de mi madre y la increíble capacidad
de mi Padre, para administrar una crisis, mi infancia era una Fiesta, al igual
que el Gran Benigni, la Vida era Bella.
A aquel chico, en solo 6 años le cambió la vida
Fui creciendo a la par del cole
He visto elevar la altura del campanario. Del tinglado soldar
los puntales, y colocar chapa por chapa e techo y al Leo romperse la cabeza,
después que con Javier le advertimos una y mil veces que eso le pasaría, si no
dejaba de hamacarse con una soga puesta entre columnas.
Asistí al catecismo y formé parte de la Orgullosa Agrupación
Scout 265 a cargo de Juan y Beba Grasso, con el Padre Enrique como Capellán.
Para ir de campamento, salíamos a mangar por el Barrio y todo servía. Un día
nos aparecimos con Marcelo Burgos con un cajón de naranjas y una bolsa de
carbón ¡!!!
Hacíamos peñas y kermeses para recaudar fondos
Animábamos desde el escenario (siempre me tocaba bailar
Folklore con mi hermana o tocar zamba para olvidar con mi guitarra) y también
atendíamos las mesas
Dentro de aquellas aulas me dieron la triple y la vacuna de
la BCG a los 10 años, y quedó la marca
para siempre en el hombro izquierdo; eso pasó porque no fue Doña Delia que daba
inyecciones sin aguja…
Supimos lo que era estar presionado. Lo comprobamos cuando la
Directora, Señora Stella Maris, se aparecía en el aula en la hora de castellano
a escucharnos leer…
Según estudios entendidos en la materia, las mentes
prodigiosas utilizan el 50% de su cerebro. Varias de aquellas mentes poseían un
talento único y notable. Pero algunos usaban el otro 50%...
Decir que mi vieja me hacía practicar lectura todas las
tardes. La cabaña del Tío Tom la leí tantas veces, que hasta ligué algún
latigazo que era para el querido tío…
Me partió la cabeza el Principito y un libro de estrategia de
ajedrez que me regalo mi padrino Paddy.
Paddy porque todos no llamamos Patricio en esta Familia; por
eso yo era El Patri cuando más chico o Pato desde la adolescencia, sino era un
despelote.
Cada vez que me encuentro con los chicos de entonces, nos
reímos y charlamos; la pasamos muy bien. En un momento me aparto; me hago a un
costado, para verlos. Me gusta mirar y agradezco a Dios por el momento.
Sé que son etapas de la vida. Lo supe a fuerza de llantos por
haber partido y de alegrías por haber regresado.
Sé también que el tiempo no vuelve atrás y nada vuelve a
repetirse, aunque hay cosas que me pasan que me dejan pensando que sí.
A aquel chico, en solo 6 años le cambió la vida
Extraño mucho a mis viejos que ya no están pero siguen a mi
lado. Se fueron muy rápido, cuando tenían mucho por ver, disfrutar y vivir.
Eugenia se parece tanto a mi Mamá…la puta madre lo que son
los genes. Hasta tiene los mismos gestos. La veo y siento que estoy con ella
Todos dicen que me parezco cada vez más a mi Papá. Debe ser
así; a veces me encuentro haciendo las mismas cosas que hacía el (y que yo lo
miraba como un loco…); aunque el que más se parece a mi viejo, es Emiliano, el
hijo de Daniela. Espanta el parecido. El tono de voz; la parada (ver como toma
del vaso con la mano en la cintura es estar parado frente a mi Padre)
Mi Madre, me enseñó a no apartar de mí el Cáliz que me toca
Lo acepto. Me entrego
Pero cuanto me hubiera gustado que vean como aquel chico que
acompañaban hasta la puerta de la escuela, ingresó a la Iglesia del Brazo su
hija Laura llevándola al Altar.
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