Con la suavidad de sus alas blancas en vuelo
Me invitó a volar…
Su Voz era como el agua de la vertiente... Fresca y
renovada.
Me susurró al alma un secreto que me llevó a una
búsqueda...
Tomé un camino por las nubes de un rostro…
Pasando por la profunda mirada de unos ojos que
hablaban y descansé en su sonrisa tibia y seguí hasta llegar a un muro.
Por fuera parecía abandonado y sin vida.
Salté con esfuerzo y comencé a cortar las ramas sombrías.
Recogí las hojas secas
puse agua a las flores marchitas.
Cuando estaba tomando forma advertí que el muro era el
límite de un corazón herido y solitario.
Remonté vuelo y seguí el camino hasta llegar al
destino
Donde encontré mi alma en tu corazón…
Porque un sueño te trajo a mí…
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