lunes, 28 de julio de 2014

Noble Trabajador

Noble y humilde, Don Silverio, entendió que era el trabajo a muy temprana edad. Sumido en la miseria, junto con sus Hermanos, tuvo que aprender a la fuerza, para ganarse el mango y poder comer. No tuvo más escuela que el ejemplo, quien sabe de quién. Algunos cuentan que su Abuela Juana, le marcó el camino, además de orientar su identidad, ya que quien tuvo que hacerlo, no tuvo la hombría para hacerse cargo, y así las cosas, hasta tuvo que trabajar por su origen.

Tal vez, su andar cansino y hablar pausado y respetuoso, tengan que ver con su tierra natal, Concordia, pero puedo afirmar que se asocia también a las horas inhumanas de labor que tuvo que emprender. Trabajos forzados, siendo un menor, horas en exceso, poca paga, y escasa alimentación, fueron el reconocimiento a su tarea.

No se escudó ni se excusó en ello, para dar la educación a sus hijos. Porque aquel que trabajo sacrificando su propio ser, no transige y no claudica, para caminar por donde se debe. Tal vez como se pueda, pero por allí se transita.
Hizo de todo. Fue peón. Sereno de noche. Albañil, pero sobre todo fue un buen Hombre, título que no se estudia, ni brinda rédito académico, pero tienen su reconocimiento social, entre aquellos quienes sentimos que así debe ser la cosa. Un Hombre que se precie de tal, debe comportarse como Silverio.

Construyó su casa con sus propias manos, y hasta pasó por estafadores, que plantaron banderas de remates a sus sueños. Peleó como un Hombre. Con armas dignas, sin necesidad de mostrar derecho a portación, ya que solo se mostró tal cual era, y abonó peso sobre peso, aquella estafa a su moral, porque valía más ser digno, a negociar con usurpadores de lo ajeno.

Murió sin transitar la vejez. Habló poco, sin discursos, pero quedo todo entendido.
Su hijo Mario, tomó la bandera, y continuó por aquel camino.
El paso del tiempo, no acomodó las costumbres sociolaborales, y en nombre de programas políticos y salvaciones económicas, Mario pasó también por manos sombrías de estafadores y usurpadores del sueño ajeno.
Perdió más de lo que ganó, en el terreno económico. Pero salió campeón del Mundo en educación, comportamiento humano y ejemplo para sus hijos. No se traicionó nunca. Siempre fue fiel a sus principios, y jamás ocupó el lugar que entendía no le correspondía, más aún si para hacerlo, debía pisarle la cabeza a otro. Eso, que hoy es tan redituable.
Hizo de todo. Limpio baños. Fue peón. Tornero Metalúrgico y orgulloso delegado de la UOM, en épocas un tanto complicadas.
Murió sin transitar la vejez. Habló apasionadamente; dejó su huella y marcó aún más aquel camino.
Solo pido a Dios, que al morir, deje a mis hijas el legado que recibí. Que tenga la capacidad de honrar, a quienes marcaron mi camino, y ser digno de ellos.
Que todo cuanto me toque hacer, lo emprenda con amor, y con pasión
Si he de morir sin transitar la vejez, que me alcance el tiempo, y  tenga la capacidad de transmitir todo aquello que desde la nobleza y la humildad he recibido desde la historia.
Sea este, un reconocimiento y Homenaje a aquellas personas que honraron al trabajo, y fueron ejemplos de labor, y humanidad.
Gracias Abuelo Silverio.
Gracias Viejo

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