Porque
existen en todos nosotros dos necesidades opuestas y simultáneas: la necesidad
de ser uno mismo y la necesidad de estar junto a otro.
Queremos
ser nosotros mismos porque queremos definirnos y desarrollarnos como
individuos, ser diferentes, únicos.
Queremos
estar junto al otro porque necesitamos pertenecer, sentirnos seguros en un
conjunto más grande que nuestro yo, ser parte de una sociedad que nos defina y
nos contenga.
Si nos
mantenemos muy lejos corremos el riesgo de quedarnos solos, de ser
discriminados por intentar ser diferentes, de permanecer aislados.
Si por
el contrario, nos acercamos tanto que nos fundimos con el otro dejando de lado
nuestras características propias, corremos el riesgo de perder la identidad,
extraviar nuestras creencias y valores, confundirnos tanto con el otro que ya
no sabemos donde uno empieza y donde termina.
En un
extremo el individuo tiene una fuerte personalidad, un poderoso sentido de sí
mismo, de sus opiniones y necesidades, pero está solo.
En el
otro extremo impera la confusión, la persona es víctima de las emociones, no
puede pensar en sí mismo porque está perdida en el otro.
Un
individuo así se vuelve dependiente, inseguro y detiene su desarrollo como
persona.
Paradójicamente
también está solo, lejos de sí mismo.
El
amor es también un entrenamiento, lo es porque solo se puede encontrar la
distancia justa dentro del vínculo amoroso, nunca fuera de él.
La
distancia justa se encuentra cuando los dos miembros de la pareja tienen
espacio para crecer como individuos, desarrollarse y crecer en su modo único de
ser, y al mismo tiempo quieren ser parte de una pareja.
La
distancia justa no es un estado permanente. Se lo
alcanza y se lo pierde muchas veces.
Cuando se pierde la distancia justa, lo cotidiano, la comunicación, la fluidez será complicada; o tal vez, se refuerce el vínculo, por necesidad o por miedo. En cualquier caso, sea cual fuere, el destino final, es decir, continuar el camino por separado, o seguir juntos, no será acertada la decisión tomada, si es que LA DISTANCIA JUSTA, no forma parte de tu vida.
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