Nunca
lo tuve tan claro como ahora
El
tiempo me lo ha enseñado
Los
años me confiaron su secreto, Esta es la hora, pero…
Sin
condena en firme, he sido preso de mi manera de ser, y por no transgredir
y no lastimar, terminé abonando con mi propia felicidad aquel desatino, de no
mostrar y demostrar lo que llevaba dentro de mi corazón
Socio
del silencio, acostumbré a mi alma, a vivir del amor que generaba
Pronto
necesite entregar lo que tenía, para no asfixiarme con mi propio sentimiento
He
rezado, he implorado, y me he llamado al más absoluto de los silencios, y así
transcurrieron mis días…
El
reloj marcó la hora de mi tiempo, y estremeció la parsimonia de mis esquemas
tiesos, y orientó los sentidos a un horizonte llamado futuro, y allí encontré
mi esencia, y allí te encontré..
Puedo
repetir la historia, si Dios me lo pide. Si ha de ser así, pasaré el resto de
mi vida nueva, en silencio
Pero
antes de morir, que sea este el testamento de mi corazón, para que refleje todo
mi sentir por un amor, que no fue pero que es mío
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