miércoles, 26 de junio de 2024

Deja de tomarle la leche al gato

No solo hay que serlo sino también parecerlo dice el dicho

Cada quien lo aplica como quiere. Pero siempre se lo ha relacionado a cuestiones vinculadas al comportamiento a la coherencia de los hechos, los dichos y las formas

Es solo una muestra de la cantidad de dichos populares que abundan y quizá una de las más representativas

Algunos dichos mantienen su identidad; varios de ellos han caído en desuso; también aparecieron muchos andan pululando que han sido deformados y otros tantos que nacen en cada esquina.

Pero la médula de todos ellos, sigue siendo binario. Pareciera ser, como que la creación tuvo una intención y las personas nos identificamos entre “nosotros y los de la vereda de enfrente”; pasa en el futbol; en la mesa dominguera; en la política y en la religión¡!!

Aunque nadie imaginó que una frase trascendería a todas las anteriores. Por su carácter; por su impronta; por el rigor terrenal; por su vuelo conceptual; por el origen medular de las palabras; por el desnudo de la realidad expuesta y porque dicha por “Lapicito”, generaba un impacto que no se podía ignorar por la crudeza de su expresar.

“Lapicito” vivía en una pieza, junto a sus 9 hermanos y su vieja. Al fondo de un pasillo que había que caminar 100 metros para llegar hasta la casilla de madera y techo de chapas, con la cara del Diego en la puerta; ese era su arte. Dibujaba muy bien; con eso se ganaba unos mangos, que aportaba en la humilde familia de bajos recursos, para ayudar a la vieja a mantener a sus hermanitos que eran su orgullo y estaba todo el día afuera para que no les falte de comer

Nunca quiso entreverarse en esa dicotomía de “nosotros y los de la vereda de enfrente” pero cuentan que un día, mientras estaba pintando un mural en las instalaciones de un prestigioso Club de futbol de primera; el presidente viendo el entusiasmo con el que hacía su trabajo, se acercó para apreciar su obra y de paso consolidar otro vínculo, ya que viendo que realmente era bueno en lo suyo, enseguida le pidió algunas “gauchadas”

Amable y respetuoso, “lapicito” le respondió sin alterar el tono de su voz; “vea señor, no lo tome a mal, vio; pero si hago gauchadas en mi casa no comen, me explico ¿?; un trabajo lleva tiempo; y el tiempo es oro y yo apenas le saco unas monedas…, así que me va a tener que disculpar, pero no”

Cuando llegó a su casa, por la noche tarde, compartiendo lo que había, sentados todos amuchados alrededor de la mesa, “lapicito” contó lo acontecido a sus hermanitos y la vieja, quien sorprendida le preguntó porque no quiso hacerle esas gauchadas; “lapicito” dijo a su madre: Porque no me quería pagar y ¡Es más rico que un guiso de lentejas!

Le dio un beso, se agarró una mandarina y se fue a contarle un cuento a sus hermanos antes de dormir.

 

Imagen: https://latinta.com.ar/2023/05/12/fotogaleria-mural-futbol-hace-pintar/

8 comentarios:

  1. Los poderosos siempre tratando de sacar provecho de los más débiles .
    Muy bien Lapicito !!!

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  2. Con este cuento me hiciste recordar algo que pasó con una amiga. Ella es jubilada y cobra un poco más de 140 mil pesos. Una señora, trabajadora social en un Ministerio, le pidió que hiciera unos souvenirs para no sé qué acontecimiento. Mi amiga hace manualidades muy bonitas y costosas, pero la mujer del Ministerio le pidió descuentos.
    Una vez que mi amiga terminó el trabajo, ya se los iba a entregar, pero la mujer le pidió factura. Es decir, que además de pedirle descuento, si tiene que expedir factura, le queda nada. Mi amiga no es comerciante, es simplemente una artesana que se gana dinero para subsistir.

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    1. En honor a tu amiga, que se gana un extra, con su talento, vaya entonces este escrito. Gracias Elsa

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