Una fiesta popular no es
para despreciar; menos aun cuando en la invitación se promociona “Empanadas y
Locro” gratis para todos los asistentes.
Algunos incrédulos
prefirieron mirar la celebración sentados en la plaza. Pero a medida que
pasaban las horas notaron que la cosa era en serio; enseguida se corrió la voz
y empezaron a aparecer de a poco… como se dice arrimándose al fogón.
Si bien el día estaba soleado,
un viento frio demoraba obligaba a un abrigo y así fue que la llegada del público
asistente al desfile patrio empezó a hacer notar su entusiasmo
Así pues, mientras la
banda atravesaba la plaza del pueblo entonando el himno a la bandera, el intendente
apuraba el paso a la salida del palacio municipal, para llegar hasta el palco de
honor a ocupar el lugar que le correspondía junto al resto de las autoridades
Llamó la atención de
todos, no solo que llegara muy sobre la hora del desfile, sino que su
vestimenta no era la adecuada para la ocasión. Su aspecto no parecía el de la
máxima autoridad del pueblo, sino más bien el de un asador; además se lo notaba
incómodo y con acelerado interés en que todo termine rápido.
Muy raro para el aire de
paz que rodeaba el día feriado; porque además no le dio tiempo al párroco a
bendecir la enseña que fuera izada por primera vez a orillas del Paraná que en
su discurso improvisado y falto de contenido, se notó a la legua que su cabeza
estaba en otra cosa; porque dio por clausurado el acto ni bien se acercó al
micrófono para decir “ESTAMOS AQUÍ REUNIDOS…” que pegó un salto del estrado y salió
corriendo detrás de la niña que encabezaba el desfile montada en su caballo,
vestida con los colores patrios al grito de “AGARREN A LA BORREGA”
Del otro lado de las
vallas, la muchedumbre desorientada, entre la inesperada reacción del
funcionario y el término empleado en su carrera, no pudo más que esperar el
desenlace… y la sorpresa fue mayúscula cuando lanzado en velocidad, el intendente
alcanzó a la borrega y la alzo en sus hombros sujetándola con fiereza.
Aquella borrega criolla pampa de vellón, de nombre "aurora" que se le había salido del corral, justo antes de carnearla para ponerla al asador que por buscarla no le dio tiempo de arreglarse para asistir al desfile.
Vaya motivo para vestir como vestía!!! jajaja. Muy bueno el cuento.
ResponderBorrarMuchas gracias Elsa
Borrar