Que 20 años no es nada…

 

Impaciente. Sereno, pero ansioso

Se hizo desear el tiempo y la espera ha llegado a su fin

Parezco tranquilo; pero la procesión va por dentro; es que el inconsciente me lleva a perder mi acostumbrada calma; bah... la que hoy me asiste; la que los años modelaron

Lejos quedó aquel torbellino de energía; hoy los pasos se administran con otra cadencia

Es que hay un adolescente que pide a gritos salir y hay otros que esperan el encuentro; por primera vez en muchos años estaremos todos; bueno todos no, porque el polaco no pudo viajar desde Esquel

Pero vino la viga desde España y hace años que no lo vemos; que no nos damos un abrazo y nos cagamos de risa juntos

Somos los mismos de siempre; aquellos que supimos ser; pero con algunas décadas sobre el lomo y algunas canas en el balero; salvo honrosas excepciones; otros ya no lucimos la melena y acomodamos las chuzas de modo que no se noten los espacios

Por esas cosas del destino, la vida nos amontonó en un aula mientras hacíamos la secundaria, en épocas donde le pusimos el sol a la oscuridad

La cuenta las hace el calendario y anuncia con pompas que este año son 40 los que se cumplen de haber egresado y 20 que no podemos juntar al equipo de gala

Desde siempre una fiesta de risas y complicidades nos hermanó para el resto de nuestras vidas

Para empezar, los nombres migraron a los apodos que desde entonces portamos; así Marendazzo pasó a ser Marenda; Todea sería llamado Todeita y Claudio Montini la viga; todos mutamos

Algunos lo traían desde el barrio, como el nene, Edgardo; o como Pele Pacor que para nosotros era el Sapo (no explicaré el motivo). Osvaldo paso a ser Mingo por su ilustre apellido; Sergio Mauro, el polaco; Villarroel el Gaita; Carlos Eduardo (nombre de lateral Brazuca) pasó a ser Ledu (nombre de lateral de Congo); Claudio Fiori, la Fiera; Ramón fue descubierto como Ignacio (como Diego de la Vega él Zorro) y yo que todavía no era Pato pasé a ser massita

Fuimos citados a las 21 hs. La reserva la formalizó Ledu en una parrilla a escasas cuadras de su vivienda…. Además, se encargó de realizar la convocatoria al grupo de WhatsApp. Con voz firme y enérgica espetó “SE RUEGA PUNTUALIDAD”

Fuimos jóvenes maduros y somos adultos con ganas de vivir. Representamos a una raza en extinción. Nos hicimos cargo de una deuda que aún hoy abonamos. Jamás hemos bajado los brazos y siempre, pero siempre mantuvimos en alto el espíritu de un niño.

A mis queridos amigos; mis hermanos de la vida… no veo la hora de volver a verlos y darles a cada uno un fuerte abrazo y decirles gracias¡! Por las risas por cada momento vivido

Nos encontramos en la puerta sobre Rodó; entramos todos juntos. El pelo no puede pasar el cuello de la camisa y no olviden llevar su mejor sonrisa… hay que gambetear al preceptor de la puerta