martes, 16 de noviembre de 2021

Viejo Verde

¡¡GRACIAS A TODAS!!

Fueron las últimas palabras, antes de dejar este mundo

Desde luego, que sorprendió a todos los presentes, semejante e inesperada confesión

Consternada, la familia en pleno que rodeaba su última morada de inmediato abandonó la habitación del hospital, donde estaba internado

De hecho, no fueron al entierro

Con sorpresa comentaban en el velatorio, las señoras que se habían llegado desde Merlo, en representación del grupo de la Iglesia a la que asistía la 3ra de las hijas de Don Salustiano

Algo que le pasó a todos los que se acercaban a brindar el último adiós a su amigo. Como que la noticia de su muerte no fue el impacto, sino su última frase antes de expirar

Que le habrá pasado ¿? Empezó el Cura, antes de bendecir el cajón con desgano y por razones que no explicó se negó a rezar el Rosario

Una cantidad de señoritas, provenientes de distintas casas de citas, enteradas de su partida, voluntariamente auto convocadas, munidas de pancartas alegóricas a la frase de Don Salustiano, clamaban y vivaban al extinto

El cortejo fúnebre estaba en duda falta de coches, qué por solidaridad a la familia, retiraron el servicio

Es más. En el responso, tuvieron que llamar a los empleados del cementerio, para juntar gente, porque nadie se acercó a despedirlo

En el frío mármol de su lápida, un epitafio contundente: “NADA DEJAS” No querían saber nada de ese viejo infame

Como todo en la vida… el tiempo cura todas las heridas

Una de las más incisivas e inquisidora con el viejo, fue Elvira, una de sus nueras, la que está casada con su primer hijo

Ella fue la primera conversa; UNA INJUSTICIA, lo que le han hecho a mi querido Suegro… Exclamó el primer domingo de fallecido, en un intento de reunión, para comenzar a “repartir” sus bienes

Cómo pueden acusar en vano, a un abuelito de 96 años, que se pasó toda la vida, deslomándose por ustedes¡!??

El motivo de ese milagroso cambio de parecer aconteció limpiando la casa de Don Salustiano. La cara que puso Elvira, cuando encontró cinco cajas, con 100 fajos de 1000 billetes verdes cada una, dentro del mueble de la pieza, envueltos en fino pañuelo de seda, que acostumbraba a lucir, cuando salía a trabajar todas las noches, regenteando todas las casas de citas del barrio

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