domingo, 14 de noviembre de 2021

La vida es una Pileta

Mamá sabía todo y de todo

Por eso siempre tenía una respuesta a mano y justa para la ocasión, en que Daniela o yo le preguntaríamos aspectos existenciales de la vida

La solvencia con la que exponía los argumentos era tal, que no solo cerraba el tema, sino que sellaba esas palabras en nuestro expresar

Claro que a veces se le iba la mano en esa solvencia

Un medio día de domingo, en viaje a lo de mi abuela en tren, había un club con mucha gente en la pileta, y chicos que se arrojaban desde el trampolín; a escasos metros de la estación de tren; con Daniela, mirábamos como chicos que éramos, con un dejo de… y porque nosotros no ¿?

Mi hermana era inquieta; yo era más reservado; pero a ambos nos pasaba lo mismo

Así que Daniela, asumió la representatividad de la hermandad y encaró a mi Vieja: “Mamá porque hay tanta gente disfrutando de la pileta y nosotros nunca vamos a ningún lado??”

A lo que Madre, con su sabiduría respondió

-         “NO VES… ESA POBRE GENTE NO TIENE DONDE IR”

En lo que respectó a mí mató la carta con su respuesta; pero Daniela… siempre tenía una bala más y la tiró ahí mismo

“COMO QUE NO TIENEN DONDE IR?? ESTAN EN LA PILETA??”

-         “¡¡¡SI DANY, PERO ES PORQUE SON MUCHOS y NO TIENEN EN SU CASA!!!”

Mi hermana hizo un gesto, como “eso no lo escuche nunca” y me miró como diciendo “INCREIBLE”

Hasta llegar, para distraernos, mi Viejo nos hizo jugar al entretenido juego de “Ni Si, Ni No, Ni Blanco, Ni Negro” que extrañamente siempre ganaba el

Al llegar a la estación destino, teníamos para caminar unas 10 cuadras, hasta llegar de los abuelos

No sé porque, pero siempre íbamos adelante una o dos veredas, con Daniela de la mano y detrás mis viejos, del brazo conversando animadamente; de tanto en tanto, un chiflido de mi viejo o un llamado de atención de mi vieja por si con mi hermana, nos salíamos de su vista

Antes de cruzar la avenida, una señora con cinco chiquitos de su mano, estaban pidiendo ayuda a todos quienes cruzaban en el camino.

Hablaron con Mamá y Papá y vimos que algo le dieron

Antes de llegar, por lo bajo le preguntamos a Mamá, que les había pedido la señora; y mi vieja nos respondió: “POBRE GENTE, NO TIENE DONDE IR”

Daniela no dejó enfriar la respuesta de Mamá y disparó: “CLARO ADEMAS SON MUCHOS”

Ahí comprendimos todo.

Esa señora con sus chiquitos, seguro iban a la pileta

4 comentarios:

  1. Cuánta verdad y sabias las palabras de la madre de Daniela. Me gustó. No todo es posible en la vida. Buena tarde Patricio.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. La Madre de Daniela era muy Sabia. Gracias Elsa. Paz y Bien

      Borrar
  2. ¡Qué maravilla, Patricio!
    Los imaginé chiquititos los dos caminando de la mano mientras tus papás les seguían a distancia.
    La inocencia tuya resalta en ese fin de la historia.
    Un agrado enorme es verte en tus letras.

    ResponderBorrar