sábado, 27 de noviembre de 2021

Alivio en Equipo

Aguántenme un cacho, ya regreso, se excusó con la mesa

Se levantó desarrimando la silla, arrastrando sus patas, como siempre

Gambeteando las mesas se llegó hasta la barra y preguntó por el sanitario

“Subiendo la escalera, al fondo a la derecha” fue la indicación del tipo de la caja, que mantuvo la misma posición desde que entraron al bar. Muchos dudaron si estaba embalsamado

Mientras los demás tomaban café, el pedía Té con hebras y como siempre, después de saborearlo despaciosamente, la ceremonia repetida: “Aguántenme que ya regreso”

Hombre de vejiga impaciente, no podía gobernar su órgano rebelde

Se llenaba hasta con humedad; imaginar con el más mínimo brebaje

Lo que no daba era la ecuación volumen/tiempo, porque si vas a cada rato, porque tardas tanto ¿?

No importaba si era un bar, una casa, un restaurant o la vía pública. La secuencia era un calco

Pobre. El no tenía la culpa. Pero pensar que cambiaría, en un lugar al aire libre, rodeado de personas fue un error…

Jornada de reflexión fuera de los muros del trabajo. Una invitación relajada en un sitio alejado y agradable que las empresas con acentuado interés y convicción que los mejores resultados se obtienen con empleados motivados organizan (expresado así queda bonito y suena mejor; como que dan ganas de ser parte)

Si no fuera que además de juegos motivacionales y convites de almuerzos y cenas con manjares, quien asiste a este tipo de jornadas, podría llegar a jurar que se parece mucho a un grupo en etapa de recuperación de excesos de cualquier tipo (En realidad, algo de eso hay…)

Todo es alegría. Todo es camaradería. Todo es compartir y el espíritu subyacente es “Somos un Equipo”

Arenga parecida a un equipo de futbol en la manga antes de saltar a la cancha

Promediando la tarde de una de las jornadas, llamaba la atención, qué hasta entonces, no había necesitado asistir al templo del desagote

Sentados todos en informal ronda, cada quién exponía su decir, con parlamento limitado en emociones, para no irse de mambo entre aquello de realidad y expectativa

Y del amigo y su necesidad, ni noticias… Este tomo algo comentaban, pero que ¿?

De repente, el sonido de su teléfono celular, alerta una llamada entrante. Se disculpa “Aguántenme un cacho, ya regreso”, a lo cual, asintieron todos haciendo un gesto con la cabeza

Ahora sí se dijeron entre miradas, creyendo que aprovecharía para hacer lo suyo (y creyeron bien); mientras atendía su llamada detrás del árbol ubicado frente a la ronda informal, aliviaba la carga que venía aguantando desde hace horas

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