Salté.
Cerré mis ojos y me lancé al tan temido abismo
Sin
red y sin conocer hasta donde llegaría
La mente
y el corazón estaban de acuerdo por primera vez
El
miedo y el valor socios desde siempre
Frenaban
el impulso que “el no queda otra” alentaba
Desde
la razón del inconsciente
Algún
día tenía que poner a prueba
Hasta
donde era capaz de llegar por mis sueños
Debía
arriesgarme y saber
Que
los versos no fueron en vano
Comprobar
que el dolor era capaz de superar
Más
allá de los límites del olvido
Salir
del refugio de mi silencio y en los brazos
De un
amor dejarme caer
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