Tan claro pude
ver la oscura luz reflejada
en sus ojos, que allí
recién supe, el padecer
de ceguera que al sentir
del corazón la mirada
negara su dolorosa
verdad
Darse
cuenta de golpe que nada había
en realidad
Certera y
fría la ausencia, un puñal clavó
en el pecho, hasta
sangrar de ilusiones el alma
Una sonrisa
que no es cierta cubre el
rostro antes que
las lágrimas secas de llanto se ahoguen
de tristeza
Agoniza el
amor que ya no siente, ungido de
dolor clama piedad
Si solo
hacía falta dejar que el
engaño del mirar al corazón permitiera
seguir latiendo
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