Despereza
el madrugar vistiendo sobre su piel caricias que alguna vez serán algo más que
un sueño
Desnudos
sus pies caminan por el húmedo amanecer que el rocío de la noche pintó en el
verde a refrescar su rostro en las aguas mansas del manantial y recoger al
regreso aromas de la flor que perfuman de ilusión sueños que visten el color de
los ojos que acarician su piel arropada de ternura, por un amor que día tras
día espera a su lado temprano al despertar...
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