Tenía pendiente una conversación a solas conmigo mismo
Una vieja deuda por saldar con la silenciosa esencia, que de tanto hablar de ella me lo venía reclamando
Sutilmente dejaba mensajes, como quien pega cartelitos en la puerta de una heladera. Recordatorios de vencimientos, fechas de cumpleaños; un nombre dentro de un corazón prometiendo amor a su regreso…
Pensaba para mis adentros preguntándome: cuánto tiempo más tardaría en ponerme los puntos...
Es que por esas cosas que pasan, acostumbro a considerar lo cotidiano, como “es lo que hay”... No es que no quiera escuchar lo que tiene para decirme; solo me hago el distraído, porque me sé cada palabra y tengo cosas que tal vez pasen de largo y medio como que me cansé de andar explicando porque el agua moja...
Me concentro más en las causas que en los hechos y esa no es la forma para ser y pertenecer
Abundo de profundidad y parece que se ahogan en mis aguas. Carezco de superficie para mostrarme como pista de aterrizaje
Evito ese diálogo, porque cada vez que lo hago termino como un tango, penando por aquello que debió haber sido y no fue: El pibe de barrio que pecó por vivir tratando de alcanzar sueños imposibles y siempre termina igual; manos vacías, el alma rociada de dolor y el corazón azotado de tristeza
Ya no tengo más lágrimas para llorar ni sonrisas que postergar. La cicatriz se puede ver como la cura de una herida; y también como aquello que pasó y nunca más volverá a ser como era antes
Vas a seguir si, pero ya no serás el que solías ser. Seguramente aprenderás Pero tu código genético mutó; la forma se alteró… y para que puedas ser esencia debo ser yo
Fonema onomástico que explica claramente que a menudo suele ocurrirme que nunca me ocurren las cosas que quiero que me ocurran; y así como hay preguntas de respuestas que nunca solucionan nada, también existen sueños que jamás serán...
A destiempo de los tiempos llego siempre; lo justo ha sido tan injusto conmigo que pasé a la clandestinidad, mostrar las cosas que me pasan
Como una llama encendida en la oscuridad preservo lo que siento para seguir creyendo en el amor. Me acostumbré a que las cosas son así y conforme pasaban los días solo esperaba encontrar un mensaje pegado en la heladera con mi nombre dentro de un corazón y solo había en el blanco frío de su interior conservándose en el tiempo ilusiones postergadas
Cantares alecciona... “Al andar se hace camino y al volver la vista atrás sSe ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”
Tal vez sea por eso querida esencia, que evito conversar a solas con vos. Porque hay cosas que nunca podré comprender. Porque me preguntas y vos jamás podrás explicarte porque no te respondo ciertas cosas (acaso no te das cuenta qué se me llenan los ojos de
lágrimas)
Ambos sabemos que todo terminó. Que solo resta esperar y por más que le busquemos la vuelta los dos sabemos porque el agua moja y no volveremos a pisar aquella senda que nostálgicos solemos mirar cuando nos colgamos a pensar en ella al compás de un dos por cuatro cada dos por tres
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