Arpegio por arpegio recorre sus notas
Suavemente acaricia la curva de su madera
Rasgueando las cuerdas de su corazón
Afina el alma que clama en susurros
Jadeantes melodías sonoras
Tiembla de emoción su cuerpo
Profundos sentimientos alojan sus secretos
Solo fluyen en brazos del concertista
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