sábado, 19 de junio de 2021

Un tierno

 

Siempre tenía una respuesta a mano

Nunca improvisaba. Sabía que decía

Atemporal pertenecía al hoy de otra época

Actualizado siempre. Revisionista profundo

Un lírico de aquellos. Soñador empedernido

Si no fuera que andaba en dos patas y se lo veía entre sus pares terrenales, hubiera jurado que era similar a un perro. Ladraba, gruñía, movía la cola, te corría, y te tiraba el tarascón, depende el que caiga de visita…

Notoria prosapia

Se llevaba tan bien con el chamuyo que cuando en silencio se expresaba se hacía notar más que cuando hablaba

Solía reírse de todo sonoramente y cuando se paraba de frente te miraba fijo a los ojos

Cuando su rostro era cubierto de seriedad y seguro de sí dirigía su palabra, claramente tenía un origen, un sentido, una causa y un destinatario

Porque no era de evadir las cosas que le molestaban

Siempre decía, “te voy a ir a buscar” y no era para amedrentar. Solo avisaba con tiempo, lo que acostumbraba a hacer

No le gustaba andar, dando explicaciones; le incomodaba aclarar cosas que nada tenían que ver con su persona.

Por eso, cuando arrancaba con su labia, lo primero que decía era “yo también soy un ser humano”, para ahuyentar a los cobardes agoreros, que se dedican a ver, la paja en el ojo ajeno…

Especialista en fichar, a los de poca monta, los tenía bien vistos y montados en un huevo

Su gracia confundía, a los que tienen pelotas moviendo la lengua y los dejaba como perinola, sin saber para qué lado caer, y si algo hacía bien, era hacer notar a los falsos que los tenía calados, pero los dejaba actuar, para sobrarlos

Dicen que a quienes se atrevieron a pasar el alambrado invisible de sus límites, los sacó re cagando

Era vueltero para lo que quería, pero más de uno, quedó sentado de culo, cuando sonriente, los mandó al carajo

No era del tipo que tenías que sospechar de sus palabras. Blanco era Blanco sin vueltas. Por eso, el mismo decía “créeme lo que te estoy diciendo”

Le daba mucho valor a la palabra

Poseía un don natural, para distinguir muy fácil, quien realmente lo apreciaba de corazón, y quien lo trataba por compromiso

Amigo de sus amigos, a quien le daba su afecto era sincero

A nadie condenaba ni ponía en la otra vereda; pero le encantaba hacer saber, donde estaba parado

Nunca cagó a nadie. Jamás dejo de tender su mano, sea quien fuere, sin medir las consecuencias

Las veces que le toco perder. Se las aguantó

No era de quejarse. Pero cuando hacía sus planteos, exponía claros argumentos, que solo los necios o los que hacían muy bien el papel de idiotas, no entendían

Cuando lo querían “sacar” porque creían conocerlo, más disfrutaba

En especial, cuando compraban que era un tierno y se comían los mocos, cuando les demostraba quien era

Se daba a conocer tal cual. La exposición y el hacerse cargo eran lo suyo. Como también disfrutaba y mucho, sus tiempos apartado, para pensar, muy lejos de todo y de todos

Era como que se reciclaba, y como decía “me fui a buscar y me encontré”

De versos componía sus poemas y de rimas sus dichos

Sabia no meterse en líos tanto como salir de ellos, simplemente, porque no los generaba; y cuando alguien intentaba incluirlo en el baile, te paseaba por donde quería

Si algo disfrutaba era dejar calentito al escaso de valor

Verborrágico y pendenciero bancaba la parada y si era brava se agrandaba

Se floreaba con su habla y más de uno quiso cantar envido y ahí nomás le echó la falta con las viejas

A los mediocres cobardes, incapaces de hablar por sus propios fueros, a los que llevan y traen, dedicaba su ignorar; por más que de él dijeran lo que sea, jamás han tenido el valor de hacerlo de frente.

No merecían un solo segundo de su vida, para prestarles atención. Tenía cosas mejores que hacer y a eso dedicó sus días. Disfrutando a pleno su vida

Se lo suele ver, sonriendo sonoramente, haciéndose cargo, exponiéndose, esperando a ver si alguno emparda la carta que juega con su habla, parado de frente, mirándote a los ojos

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