martes, 22 de junio de 2021

El Diego

 

Corría 1986 y corría yo

Para llegar a la clínica

No tenía respuesta a la pregunta… ¿cómo puede ser que pasaron 9 meses?

Sin ecografía y con mil sueños esperaba a mi primer hijo

Adriana se fue a internar… minutos después que yo me fuera a trabajar…

Época de comunicaciones terrenales, el celular apareció algunas décadas después

Me ubicaron en aquella mañana, aun oscura, cuando salía del vestuario

“VENITE QUE ESTA POR NACER”

Así como corté salí por la misma puerta, que hace unos minutos había registrado mi entrada con el majestuoso “CLANK” del reloj

Con las monedas justas, un taxista se apiadó de mí, que sin paraguas y en el medio de la Avenida Directorio, le hacía señas como si hubiera visto un OVNI

Me dejó justo en la puerta del policlínico, sobre Hipólito Yrigoyen esquina Loria; sin mediar ni con el nuncio apostólico, me mandé por la giratoria, y un par de tipos me corrieron hasta el ascensor…

Allí la voz de la Justicia ordenó imperante: “Suéltenlo que está conmigo” Gesto que aun hoy agradezco a Leonor, la Mamá de Adriana (quien sabe cómo hubiera sido recibir al primogénito en cana)

Planta baja. No te dejaban subir hasta el noveno por ascensor. Había más guardias que en el Pentágono

Las horas no se pasaban. Yo me la tenía que jugar. Despacito me deslicé como Ninja, hasta la escalera, y como cocacolero en cancha llena, fui subiendo peldaño por peldaño, hasta el primer descanso… y como por arte de magia…desaparecí entre la muchedumbre

Llegar no fue nada fácil

En cada piso, me paraba a tomar agua, para no levantar sospechas…

Lo que terminé levantando, es la capacidad de almacenamiento de la vejiga y si no hacía una parada técnica, al que iban a tener que atender era a mí y no a la parturienta

Una vez consumado el TPV (trámite preventivo obligatorio) seguí adelante con el plan.

Ya estaba por el 7mo; solo faltaban dos

Como todo alpinista… más alto escalaba, más frio se sentía

Cuando asomo mi humanidad, ya eran las 3 de la tarde… tomé el tiempo que me había llevado esa hazaña y fueron como un par de horas

Llegué justo, cuando se la llevaban a la sala de parto… caminando pasó frente a mí, nos dimos la mano… un par de lágrimas bendijeron ese instante y cuando se perdió en las batientes puertas, abatido me senté, llevando mis manos al rostro, para terminar la bendición…

El horario de visita, habilito a las 17hs al resto de las visitas, que, para entonces, eran tantos como subte en hora pico. Estaban todos…

Al ver a mi suegro, Héctor, respiré aliviado

Me fui a conversar con el

Siempre ameno. Un tipo piola. Me tiraba “centros” para aliviar la espera.

“Viste aquel edificio” fue lo primero.

Quien no conoció a Héctor, puede que eso resulte una pavada. Para este tipo, que sabía todo, resultaba un desafío, porque él sabía, quien fue el arquitecto que lo diseñó, cuando se construyó, quien, y desde cuando esa cúpula que por años miré y no le di pelota, era un observatorio de estrellas...

Para cuando volví en mí, del viaje que me había hecho en introspectiva, Héctor me encara serio y me dice “SI NACE VARON LE TENES QUE PONER DIEGO”

Tac... otra vez; paso a contar; nacido y criado en Paternal; en el Pasaje El Método, vio construir la cancha del Bicho, siempre contaba que esas tierras eran un bañado y que el solía tirar la caña por ahí… era Hincha Fanático de argentinos Jr. y el día anterior, domingo 22 de junio de 1986, el Diez, convocó a Dios para hacer justicia con la mano y nos dejó afónicos a todos, con una apilada infernal, frente a los ingleses en el Mundial

“Si… no se” le respondí y me fui cerca de la puerta donde la vi ingresar a Adriana hacía ya 3 horas

Primer intento fallido…repentinamente se abren las puertas, y en veloz carrera una enfermera se lanza por el pasillo hasta la nurse; es como si hubiera corrido delante de una jauría hambrienta, porque salvo Héctor y yo, el resto la corrió como si las hubiera afanado; mi vieja hasta lloró por su nieto, sin preguntar como cuando se espera un colectivo en otro barrio, si lo deja bien en Rivadavia y Nazca… la chica seguramente tuvo escalofríos y convulsiones después de aquella corrida salvaje

Las mujeres presentes, volvieron a tomar sus lugares. Hasta que una voz… indicó que el horario de visita había llegado a su fin

Caminando como Michael Jackson en su caminata lunar, demostraban buena voluntad ante la autoridad del piso… hasta que no quedó más remedio que encolumnar nos para cumplir esa orden

Yo me quedé para el final… y desde adentro mi tía Julia, le decía “DEJELO NO VE QUE ES EL PADRE” Gracias Tía, era el análisis que me faltaba; tomé coraje enfrente a la petisa que gritaba y le dije “YO DE ACA NO ME VOY”

Como habré sido de contundente, que me encontré adentro del ascensor con el resto, y cuando se estaba cerrando la puerta… una voz celestial “MASSSSAAAAAAAA”

Salimos todos, corriendo como cuando se acaban los churros en la playa

¡¡¡Y aquella misma voz, sonriente y calma nos anuncia “Es una nena!!!”

Lloraban todas y todos (para expresarlo en términos actuales) y mi suegro, desde el mismo rincón donde me referenció al observatorio, me miraba encogiéndose de hombros, como diciendo “YO DE ESTO SE UN MONTON” (obviamente con 6 hijas tenía autoridad)

Al otro día de junio 22… llovía... día muy extenso

La sentencia de mi suegro quedó trunca, porque fue María Laura y aquel lunes 23 me otorgó para siempre el título de Papá; el domingo 29 la selección se consagró Campeón del Mundo y yo… tuve que esperar muchos años para que sea Laura, la que traiga a Diego de su mano… y juntos me regalen a Olivia

Lo celebré pensando en mi suegro… “Viste aquel pibe que corría por el pasillo Héctor… ese … ese era El Diego”

2 comentarios:

  1. Acabo de leer esto y ya me gasté un paquete de Carilina, hermoso padrino.

    ResponderBorrar