sábado, 26 de junio de 2021

Evidencia mata relato

 

Su arrogancia antecedía los pasos para anunciar su llegada

Palabras perfumadas de cadentes vocablos siempre cuidados

Brotaban discursivas

Pretendiente de agradar, saludaba amablemente con elegantes meneos de su cabeza

Sutil al posar para las cámaras y sensible para dar la mano

Esparcía sonrisas por doquier

Un séquito de útiles serviles secundando su andar, un asesor de imagen y un agente de prensa para aclarar lo que dijo, cuando quiso decir lo que dijo y el infaltable grupo estable de aplaudidores de inauguradas obras “que generan 500.000 nuevos puestos de trabajo” antes de las elecciones

Su doctorada figura entre la multitud pasea, recogiendo el sincero cariño de los asistentes que se acercaron por propia voluntad

Así fue como llegó hasta la calle del boliche la caravana escoltada de generosos aplausos

El Cacho, tambaleante como la mesa donde acodaba su reflexión, beodo sumó su parecer a la exultante exclamación popular, y comentó a su acompañante ocasional “Quien es este pelotudo”

El mozo, llamándolo a recato, le hizo saber “Cachito, es el Intendente; el que asfaltó las calles e iluminó el barrio”

Ahhh respondió el Cacho… volviendo a su acodada posición

Afinada de taninos su voz, le susurró a su ocasional compañero de reflexión: “Mira si serán boludos… se creen todo. La calle y la iluminación la inauguró el intendente anterior…”

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