jueves, 1 de julio de 2021

La revelación de los Templarios

Conservo ese libro, con amor. Me lo regaló mi vieja una tarde de domingo, en medio de nuestras acostumbradas charlas

Vaya a saber que movilicé en ella, para que me honrara con ese presente.

En sus hojas, escritos de su puño y letra, “corrigiendo y desafiando” sus contenidos. Tremenda Malena. El Talento de mi vieja le daba para esas cosas. Tengo el libro lleno de sus garabatos, que me llevan más, a leer eso, que las líneas de los propios autores

Creo. Seguro estoy, que mi Mamá, sabía que estaba haciendo

Cómo siempre podría decir; llevándome de la mano, señalándome el camino

Ella había depositado mucho más que su educación en mí. Sembró su semilla y después de tantos años, siento que me estaba dejando su herencia. 

Conociéndola, me convenzo cada día más, que se estaba despidiendo. Meses después moría sin que ninguno, o al menos yo, no lo esperaba

Tan inteligente, tan sabia y tan… Madraza; la extraño mucho y la necesito por todo y por todas estas cosas que tejieron nuestro vínculo 

La condición católica; los sacramentos consagrados y la divergencia por los enfoques opuestos que ambos teníamos nos ponían frente a frente, en aquellas tardes de domingo de sus últimos días, en una especie de combate de cerebros, donde yo poco podía con ella, pero le entraba por el lado de la expresión del sentimiento; del valor de la palabra y en el convencimiento; valores todos, que ella misma había generado en mi

Recorrer juntos esos caminos, me llenó de intrigas y ese era su método. Impulsarme a ir por más. No quedarme solo con una mirada; preguntar siempre porque

Y bien… en esas charlas, entre la intelectual y el primate, hasta alguna vez, me llegó a parar el carro para llamarme al orden, porque entendía que me excedía, no por mal educado, sino que lo empleaba como argumento para defenderse ante mis embates, donde era yo, justamente yo, quien la dejaba a ella sin palabras

Cuando dejó el libro “La revelación de los Templarios” sobre la mesa de la cocina, tal su estilo, no emitió una sola palabra; una especie de genio en el idioma gestual, solo le alcanzó con desviar sus ojos y levantar las cejas, para hacerme saber que ese era mi legado

Una Reliquia que guardaba con mucho celo, me estaba entregando como testimonio de su amor; “es por aquí” sentí que me hacía saber

En su interior… un paseo por la historia y la investigación; la fantasía y el mito; y MUCHO de mí y de todo, que mi madre, modeló en mi alma

Cuantas cosas comprendí en esas líneas y cuanto más conocí a mi Madre, en las correcciones y retos qué de su puño y letra, hacía a los autores; obviamente ella sabía más que lo que allí estaba escrito

El legado viviente derramado en lágrimas que caían ahora con sentido

La flor de lis; el signo del pez; el Crismón que hoy luzco tenían su raíz y mi vieja regaba de caricias ante el mirar inocente de mis ojos

Tanto creció su pequeño brote, que llegó a este fruto que hoy honra aquella entrega

Fueron muchos los años, de aprendizaje y la semblanza de su impronta fluye por mis poros

Atravesó mi corazón, la espada del templario y el cáliz pasó a ser mi búsqueda y yo su guardián

Por donde se me vea, soy la imagen y semejanza de mi vieja

Donde sea me presente, mi Cristo me guía y sin llegar a los pies de Pedro, me encolumno al final de sus discípulos

Allí en donde mis pasos hablen de una huella, será la Cruz que ilumine esa traza 

Aquí en lo más profunde de mi ser, llevo la Fe tallada por mi vieja y la elección de seguir el camino como caballero de la orden del Temple

6 comentarios:

  1. Muy lindo, emocionan esas líneas, es como ver esa vivencia, muchas gracias por compartir Pato Querido!!!

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  2. Pablo querido !! muchas Gracias por tus palabras. Paz y Bien

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  3. Muy emocionante y vivido tu relato, gracias por compartir esta bella experiencia.

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  4. Muy lindo todo esto ...y sin duda q existe un puente imaginario de amor entre vos y tu querida vieja ...un abrazo del alma querido amigo..

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    1. Muchas Gracias por tus palabras. Un abrazo. Paz y Bien

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