domingo, 4 de julio de 2021

Que el perro no entre al quincho

 

Día tranquilo

Mañana de jueves

Previa relajada de viernes

Mejor no podía haber sido

La hora estaba próxima a lo previsto en el plan

Cada integrante tenía una misión y con mecánica precisión

Distribuidos y ubicados estratégicamente

La misión se dio en llamar “Liderar Café” para no levantar sospechas

Todos los detalles fueron estudiados una y otra vez

Solo faltaba la señal que indicara el inicio de la operación en el momento dado

Se había ensayado una y mil veces, cada paso

Puestas a prueba, todas las posibilidades de falla, el éxito en cada instancia

Era la comprobación que el plan era perfecto

La naturalidad con la que se puso movimiento la acción fue una maravilla

Relajados movimientos y sutiles comportamientos fueron la puesta en escena

Pero… algo inesperado finalmente ocurrió

El tan temido dicho cobró vida en un instante “Si algo puede fallar, fallará”

Pero como ¿? Porque ¿? Si todo había sido cuidadosamente ensayado ¿?

Las miradas se cruzaban; las señas se multiplicaban; la tensión crecía

Algo no salió como lo planeado y como frente a un precipicio la Líder se encontró

De repente en una posición desafiante

Sin perder la calma y con estirpe que denotaba clara actitud para resolver imprevistos y aptitud para capear el temporal, hizo frente al público presente, que atónito miraba la mímica en sus labios, mientras sonreía con la gracia de XuXa

Tan soberbia fue su actuación, que nadie advirtió, cuando se compuso la conexión y comenzó el streaming, como con estilo susurró “Que el perro no entre en el quincho” en el preciso momento, que el can hizo su presentación en sociedad, con una gallina estruendosa como si hubiera puesto un huevo

Los miembros integrantes de la misión planeada continuaron con sus quehaceres y el perro con su gallina entre sus caninos afinando el sonido del ovíparo de goma, que gritaba como si la fueran a hacer caldo (ya no formaban parte del audio por sellar las puertas como submarino)

El fruto del empolle ovíparo, fue el costo de aquella momentánea tragedia, para La Líder

Todo pasa y todo queda (al decir del Nano Serrat).

Tiempos de virtualidad y conexiones inestables y de recuerdos blasfemos, para quien le regaló a la mascota esa maldita gallina¡!!

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