Magnética mis polos orienta al habitante primitivo de la platónica caverna. Refugiado a la vista de todos persigo los sinuosos pasos del hilo de plata que zurce los sueños rotos del cielo. Su enigmática luz eclipsa mis sentidos y me lleva donde los relojes laten en reversa y los suspiros se esconden en cajones sin llave. La noche vestida de sombra me susurra con voz de ceniza, cubriéndome los ojos con sedosos pétalos de ausencia y me invita a danzar con los espectros del recuerdo. Soy huésped de mi propio abismo, cartógrafo de emociones sin nombre, y en cada paso, los destellos de una frágil memoria, que persigo de hace tiempo, se disfrazan de nuevas preguntas con viejas respuestas
Bello e intrigante
ResponderBorrarGracias !
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