martes, 25 de abril de 2023

La Santa Sede

 
Un hombre de Fe. Bendecido por el cielo. Así se lo conocía.

Cómo pocos. Casi único. El mismo lo reconocía sin tapujos. Lo hacía saber en los sitios donde solía frecuentar.

Aun cuando esos sitios eran vistos como antros de perdición.

Se justificaba invocando a la Santa Sede y a María. Palabras más que suficientes para acallar todo intento de réplica.

Ese manto redentor le otorgaba un aura protectora sobre sus actos y palabras

Razón por la cual lo hacía aún más respetado y con el tiempo se fue convirtiendo casi en un profeta.

Un enviado de la divinidad decía la muchedumbre convertida y comenzaron a seguir sus pasos acompañando su prédica entre borrachos y prostitutas

Un milagro trascendió las fronteras de su tierra. Impuso sus manos y las aguas se abrieron a su paso  

Muchos creían en él. Varios dudaban y querían saber cómo era aquello de su aura de la Santa Sede.

Fue entonces que llegó el día en el que se reunió una multitud a escuchar su mensaje revelador. Parado en lo más alto. Con la voz repleta de convicción y mencionando a María su pareja, reconoció ante la multitud que cuando la santa cede el sale a caminar la calle y luego predicó las bienaventuranzas que la carta que el boliche “Las Aguas” tenía disponible para habitués y clientes de ocasión

 

Imagen: https://m.facebook.com/artistidonostia/photos/a.1423889867625733/1514888175192568/?type=3&comment_id=1670884449592939

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