Fue un flash de luz y un estruendo
El trueno y el relámpago juntos
Sin aviso. De la nada, la historia zamarreó la pasividad de mi habitual parsimonia y un gong de campanario despertó de un largo sueño a mis raíces.
Un asteroide ardiendo ingresó a mi
atmósfera impactando en lo profundo de mi alma.
Agitó mi corazón. Revolucionó la calma
de mi paz
Seguro estoy que fueron más de cinco los sentidos que contribuyeron a la reacción.
Mirada atónita. El gesto de sorpresa
dibujado en mi rostro. Una pausa en el respirar, precedió la rebelde ebullición
del volcán de mis raíces.
Desmenuzando palabras, mis ojos sumergidos en cada renglón agitaban los sentidos. El gobierno de mi razón perdí, a manos de un simple papel, que testimoniaba algo que ignoré durante toda mi vida.
Porque uno sabe, más cuando pasa el tiempo,
que hay cosas que se diluyen de la memoria; pero también sabe, que hay cosas
que son marca de yerra del acervo que el linaje de la crianza otorga y en el
juntadero de anécdotas de la fuente de los mitos donde he abrevado. Es más, conociéndome nunca hice
gala de tanto conocimiento para atrás de mis días, porque llego hasta ahí
nomás. Dos, no más de tres paradas antes de que la partera anuncie “es un
machito” y resulta que un simple papel… una copia fiel del acta de casamiento
de mis abuelos puso blanco sobre negro toda mi vida
Mi abuela querida, la Ñata para Moll y alrededores. Doña Coca, para Villa Pueyrredón y los afectos que supo cosechar. Antonia para los trámites, resulta que, en menos de dos semanas, me enteran primero, que en realidad nació un día distinto, al que siempre le festejamos el cumpleaños y ahora esto…
Nunca imagine que algo así podía ocurrir llegando a sacudir toda mi estructura hasta anestesiar mis pensamientos y dudar de mi propia historia. No se porque, pero traje al presente tantísimas cosas, como queriendo repasar una a una cada palabra, cada momento, tratando de encontrar una razón entre tantos motivos
Estremecido y con lo último de mis reflejos atiné a llamar a Daniela, mi hermana, quien había sido quien envío aquel documento
Sin darle lugar a nada, cuando me atiende salto como peregrino sediento al oasis ¿VOS SABIAS QUE LA ABUELA SE LLAMABA MARIA?
Ante el mismo nivel de sorpresa de mi hermana, y ante la envolvente verborragia desplegada de ambos lados del teléfono, de repente un impacto silencioso envolvió la escena. La emotividad de la memoria, aquella del acervo se hizo presente. Sin aviso. De la nada, ambos comprendimos el significado del título de aquella película inolvidable.... "DE ESO NO SE HABLA"
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