miércoles, 27 de octubre de 2021

Jesús el Carpintero

Boliche de esquina

No más de 5 o 6 mesas y la barra del mostrador

Una pila de botellas acomodadas con cierto descuido en una estantería que de cualquier rincón que se mirara donde se mirara, tenía la misma inclinación y siempre estaba en movimiento

Cuentan que una vez, un parroquiano de paso, que entró a pedir un vaso de agua… lo echaron a las patadas, porque expresó con sonora voz, haciendo referencia a la citada estantería “EN MI VIDA HE VISTO ALGO TAN RECTO”

Nunca se supo, si fue por pedir agua en el templo sagrado de la bebida santificada, o porque blasfemó respecto del equilibrio sobre el cual se sostenía el mueble, convertido en la atracción turística del momento y por la cual venían de todos lados a ver la rara inclinación, que había trascendido las fronteras

Es más; el vaticano, envió al Nuncio Apostólico, a verificar si se trataba de un mensaje del cielo; volvió con las manos vacías y una petaca de vino patero entre la sotana

Don Valdivia, el dueño del boliche, pidió vigilancia policial, porque se le había ido de las manos la situación y el comisario le envío al perro, porque el cabo Chimasagay, estaba como consigna en la plaza esa semana

Fue ahí… en ese preciso momento que el viejo Inchausti, afirmada su humanidad contra el marco de la puerta, con escaso contenido de sangre en alto torrente de alcohol, tuvo una visión… y así como quien sostiene una vela al revés, ante el estupor de la multitud agolpada en las afueras, sentenció:

-         “No vaya a ser que pase lo que dijo al flaco Jesús...”

El flaco Jesús era el Carpintero del pueblo, al que alguna vez, lo habían dado por muerto y cómo no había médico, le pidieron a la Sra. Berta, que aplicaba inyecciones que constate su deceso, y estampó la firma en el certificado de defunción, donde legible escribió “dejó de respirar en horas de la tarde”

Fue encontrado 3 días después, jugando al billar al otro lado de la ruta; de allí, por considerar un milagro, le pusieron Jesús, en lugar de su verdadero nombre: Cástulo

Lo cierto, es que no demoró en escucharse la respuesta, al viejo Inchausti, como una fuerte reacción en cadena: “QUE DIJO EL FLACO JESÚS??”

-         Cuando Don Valdivia, fue hasta la carpintería a buscar la estantería que había pedido que le fabriquen, se dio cuenta que el Flaco Jesús, puso cruzados en la base los bordes curvados, y lo carajeo de arriba a abajo

“SIIII, PERO QUE DIJO EL FLACO JESÚS ¿?”

-         Ahh seee… el Flaco le gritó desde lejos: “ESA ES LA PARTE DE ARRIBA DON VALIDIVIA”

2 comentarios:

  1. Quizás, como en el mundo del revés, la estantería estaba invertida, como cabeza abajo y pies arriba, o algo así. Un cuento para ser leído varias veces. Un abrazo a la distancia.

    ResponderBorrar