martes, 19 de agosto de 2025

Fragmentos de mi yo en fuga

Sin haber estado mi estado con su habitual fisonomía me mantuvo ausente de la cercana lejanía

Sabía que sabía y no supe que decir

Mil vueltas giré alrededor de mis adentros, buscando respuestas diferentes de preguntas que de memoria recito

Suelo estar donde germinaron mis días aun cuando no estoy

Mi rostro se reconoce fácilmente. Al reír y al mandarte a cagar

No me veo como me ven ni agrado por decir lo que quieren escuchar

Soy como cualquier paisaje. Una cosa es cuando lo miras y otra cuando te adentras

Estoy antes del nombre, después del gesto y en medio de una sonrisa

Me deslizo como una sombra que no proyecta sombra

Soy el que llega cuando nadie está

Soy lo que queda cuando todos se van

El que se cansó de esperar y se pregunta a si mismo lo que no le quisieron responder

 

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Justicia Social

Si a meses de nacer lo justo ocultó lo cierto, no por pudor sino por temor, pender y depender, concebidos por distintas madres con el mismo padre, siameses al nacer separados por el bisturí de la conveniencia para negar la relación con la anormalidad, fueron condenados a ser distintos parecidos, como dos espejos enfrentados que no se miran. La opuesta complementariedad convive celularmente en el cotidiano como eco que no retorna, haciendo cierto aquello que la mentira tiene patas largas, y cuando te corre te alcanza y a la vista de todos se disfraza de verdad y así como quien no quiere la cosa las cosas suceden y cuando alguien depende de otro… pende de un hilo

 

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jueves, 14 de agosto de 2025

Oscilo vacilante

Con impaciente serenidad avanzaba un paso retrocediendo dos. Se dirigía donde no sabía desde donde aún no había partido

Su confusa claridad mezcla de afirmación no positiva y decisiones encontradas, daba la clara sensación que su persona era un mapa sin coordenadas con una rosa de los vientos al revés y sin embargo seguía andando, llevándose por delante todo cuanto a su espalda dejaba atrás, tropezando con la sombra de una sombra que nunca supo que era el brillo de su propio destino

martes, 12 de agosto de 2025

Con sutil delicadeza

Que locura ¡! Que locura ¡! Repetía desesperado, con la farmacia repleta de gente, sin que nadie logre calmar su postura. Con mucho más que la voz rota, como si el alma le ardiera en el último rincón del cuerpo. Flanqueado por un halo de incomprensión, las personas a su alrededor atónitos miraban con ojos de receta vencida; le ofrecían promociones, libros de quejas, caramelos sin azúcar, pero él solo quería alivio, no puntos en la tarjeta.

El escándalo fue tal que llamaron al 911, y los efectivos policiales descendieron como ángeles blindados, cortaron la luz, el gas, el tránsito, y con megáfono en mano, le hablaron como se habla a los que ya no escuchan

Pero él, como tocado por una mano invisible, mantuvo su postura. Caminó entre los uniformes, como Moisés entre las aguas y llegó al mostrador a hacer su consulta al boticario

El tipo estaba molesto por una situación que le bajaba las defensas, incomodando sensiblemente su intimidad… y solo quería adquirir una medicación que le aliviara el tremendo dolor de esfínter que lo aquejaba y que por ese motivo es que pedía a gritos “QUE LO CURA… QUE LO CURAAAAA”


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domingo, 10 de agosto de 2025

La eternidad de un momento

Lo acarició con la mirada como quien roza el viento sin romperlo, dejando en su piel una ausencia tibia que aún su nombre susurra

Fue en medio del invisible ruido que nadie ve, que sus ojos lo buscaron en un abrazó interminable y en una agitada calma hablaron el mismo idioma…

No hubo silencio que las palabras no dejaran de cubrir en una atmósfera que pronosticaba una primavera de amor, hablaron… del tiempo que no tuvieron, de los abrazos que aún esperan, de un amor escondido en los latidos del destino

El reloj consumió las horas y la llegada llamó a su fin el encuentro.

Se quedó mirando como otra vez se fue, temblando por dentro, como si el alma recordara algo que nunca vivió, pero siempre sintió y guardó esa imagen en su sonrisa

Desde entonces, camina como quien lleva un abrigo invisible hecho de ilusión…  con una mirada de sueños, que despierta el presente como el sol que no pregunta y simplemente entibia e ilumina… ansiando un abrazo que se repita al calor de dos cuerpos que se reconocen sin historia, pero con destino… el silencio compartido en un beso y con su mirada en la espalda, seguirá esperando el día en que juntos caminen tomados de la mano

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(Disruptivos Crónicos + Permisividad) > (Gestión del Conocimiento + Gestión del Cambio + Gestión de los Procesos)

Cuán importante es seguir la línea de los procesos. Productivos, Administrativos, Legales y… de diseño

Para no abundar ni aburrir, con leyes, Decretos, Normas, Resoluciones y Procedimientos, cabe entonces reflexionar. Si se pudo y debió hacer bien, que o quien impidió que eso no pase… y una pregunta que en rigor procede: Se hizo una gestión del cambio ¿? Se hablan entre los líderes de cada proceso ¿?

Ni siquiera un cartel de FUERA DE SERVICIO o INSTALACION NO OPERATIVA visten la imagen, entonces…  Todos entendemos que, así como esta esa instalación no sirve para nada ¿? Está considerada en los planes de simulacros ¿? Sobre qué escenario actúa ¿? Esta considerado dentro de un preplanning ¿?

Esto es CULTURA o es que acaso la gestión proactiva y preventiva se basa en la reactividad de esperar que un auditor sea quien, a través de un informe lo señale y obligue a un plan para corregir ese desvío. Pregunto entonces, para que establecemos Políticas y juramos solemnes cumplir y hacer cumplir

Cuando las cosas que están a la vista y adquieren la complaciente forma de la excusa, acude ciego a negar lo cierto y afirmar lo imposible, el famoso “A MI NO ME CORRESPONDE” entonces pregunto… Donde se corta la cadena ¿?

Si más que agregar, saluda Atte.

La conciencia

Siguiendo la luna

Magnética mis polos orienta al habitante primitivo de la platónica caverna. Refugiado a la vista de todos persigo los sinuosos pasos del hilo de plata que zurce los sueños rotos del cielo. Su enigmática luz eclipsa mis sentidos y me lleva donde los relojes laten en reversa y los suspiros se esconden en cajones sin llave. La noche vestida de sombra me susurra con voz de ceniza, cubriéndome los ojos con sedosos pétalos de ausencia y me invita a danzar con los espectros del recuerdo. Soy huésped de mi propio abismo, cartógrafo de emociones sin nombre, y en cada paso, los destellos de una frágil memoria, que persigo de hace tiempo, se disfrazan de nuevas preguntas con viejas respuestas

sábado, 9 de agosto de 2025

MANIFIESTO

No deseo una paz que se construya sobre la fractura del otro. Si mi alivio implica el dolor ajeno, ¿es alivio o es indiferencia disfrazada? Hay una ética en el descanso, una responsabilidad en la serenidad. No todo consuelo es justo, no toda calma es inocente. Me pregunto si es posible habitar la alegría sin que sea a costa de alguien más. ¿Puede la luz ser verdadera si encandila? ¿Puede el triunfo ser noble si deja sombras?

No quiero que mi bienestar sea una excepción sostenida por la norma del sufrimiento. Prefiero la incomodidad compartida a la comodidad solitaria. Hay una dignidad en caminar juntos, incluso cuando el paso es lento, incluso cuando el horizonte se retrasa. Ser camino es más que ser destino. Ser puente es más que ser paso. Es mirar atrás, es sostener el cruce, es no olvidar al que aún duda, es llevar la savia viva de tu rama

La verdad, aunque duela, es más tierna que la mentira que acaricia. La ternura, aunque tiemble, es más firme que la indiferencia que se disfraza de fortaleza. No quiero palabras que tranquilicen por costumbre, ni gestos que maquillen la herida. Quiero presencia, conciencia, vínculo y equidad

Que mi descanso no sea privilegio, sino tregua compartida. Que mi alegría no excluya, que mi luz no opaque, que mi existencia no se imponga, sino que se ofrezca. Porque ser no es afirmarse contra el otro, sino abrirse al prójimo. Porque la paz, si no es común, no es paz: es silencio pactado, es equilibrio precario

viernes, 8 de agosto de 2025

Pani el errador - Historia de un muchacho pueblerino, que llego a organizar eventos y reuniones de un modo… extraño.

Cuando Rosario era pueblo, y los caballos tenían nombre y los vecinos se saludan con silbidos, vivía Pani, errador de nacimiento, soñador por defecto. Tenía manos de pianista, mirada de hierro y corazón de papel y aunque su trabajo era desafiante como una carrera de caballos, su mente galopaba por otros caminos.

Dicen que todo empezó el día que erró un penal en un partido decisivo. A pesar de la vergüenza, el muy animal quedó bien parado, porque no transmitía emociones y allí fue que la vió… y el elegante de Pani pensó: “¿Y si me dedico a organizar eventos?” Envidiable cualidad, pocas veces vista, de un ser con una autocrítica ejemplar. Jamás iba a poder volver a patear una pelota después de esa salvajada… Desde entonces, sus ideas para eventos se volvieron cada vez más… peculiares.

Organizó cumpleaños con carreras de carretas, bautismos con lluvia de pétalos desde drones caseros y hasta un velorio con música de chamamé y luces de feria. Algunos lo llamaban loco, otros el artista de las guirnaldas y varios, viendo su particular modo de organizar sus ágapes, le llegaron a preguntar porque no se dedicaba a otra cosa. Pero todos coincidían en algo: donde estaba Pani, el evento no era común porque siempre le erraba con algún invitado

jueves, 7 de agosto de 2025

CHAU JAJAJA

Así finalizó su sentida despedida, escrita de a párrafos, en los últimos dos meses y a juzgar por la ironía de su firma, con una clara intención de hacerle saber a la destinataria que su moral estaba en alto. Quizá aquella en su sarcasmo resultaba una descarga emocional, para aflojar toda la carga emocional que quien sabe desde cuando venía soportando

Escribió su despedida como quien lanza una botella al mar… con cuatro hojas, tres tachaduras por línea y una sintaxis que parecía haber sido atropellada por un camión de emociones y eso fue lo más claro de su esforzado expresar

Resultaba dificultoso leer aquellas líneas. Ni con ganas se podían interpretar sus palabras; los lectores, conmovidos, lloraron. No por el contenido, sino por el esfuerzo de entenderlo, y por último de rabia

“Esto debe ser profundo”, dijeron, mientras buscaban sentido en frases como “me fui sin irme, pero estando ido”. “Traidora”, dijeron algunos. “Manipuladora”, otros.

La angustia colectiva creció hasta que intervino Julia, su hermana, que se apareció con un diccionario, un café y una paciencia digna de premio Nobel y haciéndose cargo de la dificultad expresiva de su hermano, tradujo al terrenal entender, su carta, en un básico: “Estoy triste. Adiós.” Ahí se acabó la compasión. Todos enfurecieron con el pobre hermano de Julia

“¡Cuatro hojas para decir adiós!”

La gente pasó de la empatía al insulto exigiendo explicaciones. La demanda enfurecida de la turba encendida de bronca no quiso escuchar sobre la dificultad de Javier y mucho menos comprender que por el mismo motivo, tampoco pudo reflejar su sentido expresar en su carta, porque Javier, también tartamudeaba por escrito.

lunes, 4 de agosto de 2025

Descuentos por cambios de ser

Se adentró en el supermercado como quien entra a una iglesia: buscando fe, pero con algo de guita en el bolsillo, resultado de 3 cifras a la cabeza en la nocturna de ayer. Las vitrinas susurraban promesas con voz de oferta limitada, imposibles de ignorar, para un gastador compulsivo. Eligió una cualquiera; reflejo en la vitrina, sonrisa enlatada, promesa hueca; porque ¿quién tiene tiempo de fingir ilusión todos los días?

En la caja, le ofrecieron un punto extra en la tarjeta de cliente frecuente por cada expectativa incumplida. Aceptó, no sin antes preguntar, cuantas cuotas le hacían

Ya en casa, abrió el paquete con ceremonia de fin de mundo y encontró... una frase impresa en cursiva: “La autenticidad es tu mejor accesorio”. Casi llora, pero recordó que, en estos tiempos, eso a nadie le importa

El bostezo vino cargado de humedad y filosofía barata. La pintura dorada reflejando un rostro de otro tiempo se deslizó como sus ganas de entender el propósito de todo esto.

“Debe ser el nuevo modelo de sentido de la vida,” pensó. “Viene sin manual. Y sin garantía.”

domingo, 3 de agosto de 2025

El día del zapato (relato épico)

“De atrás se lo ve grande, pero cuando ingresas te das cuenta que no es tan así” no dejaba de repetir incomodado el compañero, por el escaso espacio que decía tener en la parte trasera de la camioneta rentada. El observador anónimo, dos veces más grande en tamaño, ni una queja esbozó por ese detalle, pero si, quedó pensando en la frase “de atrás se lo ve grande y cuando te acomodas te das cuenta que no es tan así” que llevaron su imaginación a límites inimaginables

Claramente, el compañero, había quedado molesto, por aquel episodio en la mañana del mismo día, donde uno de sus zapatos había sido atrapado en la escalera mecánica del aeropuerto, destrozándolo por completo

El tono de voz, dejaba en evidencia su fastidio; más aún porque estaba por abordar el vuelo, que ya venía con demora, para que en dos horas lo deposite en tierras patagónicas y luego otras cuatro horas más de ruta hasta llegar a destino final

En medio de todo, en un intento de superación, por lo bajo susurra ¿podemos pasar por una casa de calzado cuando lleguemos?

La respuesta desalentó toda posibilidad de solución cercana. “NO TENEMOS TIEMPO DE ANDAR BUSCANDO ZAPATERIAS, SINO LLEGAREMOS MUY ENTRADA LA NOCHE” respondió amable el observador anónimo, destinatario de la súplica en forma de amable pregunta

Transcurrida la espera y abordando la aeronave, finalmente el destino y el vuelo se encontraron y la llegada del vuelo fue anunciada como aguinaldo ya gastado.

Detrás de una soberana cara de orto escondía un insulto hirviendo en sus vísceras, mientras que el clima lo recibía con algarabía, golpeando la brisa patagónica su rostro como una bofetada que no pedía perdón. La ausencia de un zapato convertía el piso en un recordatorio punzante de que la tragedia más pequeña puede volverse odiosa. Caminaba con la dignidad herida con el calcetín mostrando signos de una batalla desigual contra la indiferencia.

El observador anónimo, fiel a su estilo estoico, sin emitir juicio tomaba nota en su memoria de todos los detalles, sabiendo que las grandes historias nacen de los mínimos fracasos. Tal vez la frase del vehículo no había sido sólo una observación espacial, sino una metáfora inconsciente de lo que vendría: la vida que parece enorme desde lejos, al vivirla revela sus estrecheces, sus roces, sus silencios incómodos y porque no decirlo también, sus “como carajo fue que esto pasó” que el CONICET aun no resuelve

Durante el viaje, la atmósfera se había vuelto densa. No por el clima, ni por el estado de la ruta que serpenteaba como si jugara a esconderse, sino por ese silencio filoso que empieza a hablar demasiado. “No es tanto el zapato”, pensó, “es lo que simboliza.” La incomodidad, la vulnerabilidad, lo ridículo de pretender estar entero mientras todo se desmorona un poco cada vez.

En el asiento delantero, como felino entre la maleza, el conductor mascaba su chicle con una tenacidad que rozaba lo provocador. Kilómetros de viaje devoraban las horas. El trayecto continuaba, y con él, esa necesidad urgente de encontrar una zapatería que se volvía menos deseo y más acto de supervivencia emocional. Lo cual era improbable hacerlo en medio del árido desierto patagónico. En un momento, mi mente jugó con las imágenes del paisaje y pensé en cuerear un chivo para hacer un cubre pie, pero la realidad era otra; menos solidaria y más egoísta: estaba cagado de hambre

La temperatura nos hizo saber que el sol cumplió su jornada de trabajo y la noche nos dio pistas que estábamos cerca de llegar

Al doblar la última rotonda, donde la ruta ya no sabía si seguir siendo camino o rendirse ante la geografía del dinosaurio iluminado, aparecieron las primeras casas del pueblo. Pequeñas, asimétricas, como si hubieran sido diseñadas por alguien que nunca quiso que fueran iguales a nada. Pocas con vereda, y las puertas parecían colocadas como si jamás debieran abrirse.

—Llegamos —anunció el conductor, sin entusiasmo, como quien entrega una carta que ya sabe que no traerá buenas noticias.

El observador anónimo bajó del vehículo, adelantándose al resto, para ver si podía encontrar una zapatería abierta. No es de desanimarse así nomás, pero siempre hay una primera vez y parecía ser que sería esta. No es su estilo. No dirá nada que no es. Pero aquí tenía ganas de mandar a todos a la recalcada concha de su hermana. No recorrió un negocio, sino cuatro además de una galería y TODOS le dieron la misma respuesta “ZAPATOS ¿?? AQUÍ NO VENDEMOS ZAPATOS” En que andan les pregunté resignado “Aquí usamos zapatillas nomás” Peeeero la putaa¡! Herraduras deberían usar pensé para mis adentros y regresé al vehículo. Derrotado, pero con la moral alta

Convencí al compañero que esta era la única/ultima oportunidad de recuperar su dignidad y cuidando de no apoyar demasiado su pie sin zapato sobre la tierra polvorienta, accedió y se bajó de la camioneta. Frente a él, tres niños observaban con curiosidad. No por su tamaño, ni por la camioneta, sino por el calzado roto que parecía contarles algo más profundo. Uno de ellos preguntó sin miedo:

—¿Por qué vos sí tenés zapatos?

La pregunta resonó más allá del momento. Era genuina. No una queja, no una burla. Simplemente, una inquietud desprovista de vergüenza. Y en esa frase, el compañero damnificado y el observador anónimo comenzaron a entender que el pueblo no es que no tuviera zapatos por olvido o por pobreza. Era parte de su identidad. Como las veredas, las puertas y las casas. Para mis adentros pensé en contarles de qué modo se rompió el zapato, pero una imagen se apareció en mi pensamiento viéndome envuelto en un confuso episodio explicando que es una escalera mecánica y decididamente cambié el relato por “se tropezó” y entonces por primera vez desde el accidente en el aeropuerto, pensé: quizás el zapato perdido no fue una pérdida, sino un portal… una invitación a una nueva dimensión estelar

Ingresamos juntos a un local de grandes dimensiones, bien provisto, con un vendedor, que daba la sensación que no tenía pantalones, porque NUNCA salió detrás del mostrador. Nos dirigía con señas y expresiones guturales  

Ante la pasiva actitud de este miembro ausente de cerebro, es que le supliqué al compañero que, aunque sea se compre ojotas, pero que nos vayamos urgente de allí, porque temía por la vida del sujeto, porque estaba por cagarlo a trompadas

Finalmente hubo unas zapatillas, que, por su horma y diseño, convencieron al compañero que eran los adecuados. Agradeciendo educadamente, nos despedimos luego de abonar, sin pedir ticket de cambio, por temor a regresar

La estreches del asiento y la incomodidad del viaje, resultaron placenteros, comparados con la odisea causada por la inseguridad en los aeropuertos…  

El club del humo (principio y fin de un trapisondista un fuyero y un perdulario)

En Villaniebla, donde las palabras se disolvían en la niebla antes de terminar de pronunciarse, tres figuras se reunían bajo un farol que nunca alumbraba. Nadie conocía sus nombres, pero el pueblo los llamaba: el Trapisondista, el Fuyero y el Perdulario.

El Trapisondista desbarataba los actos solemnes: cambiaba partituras por recetas, promesas por trabalenguas. “No hay verdad sin tropiezos”, decía, mientras provocaba carcajadas en funerales.

El Fuyero aparecía justo antes del desastre… y desaparecía antes de que alguien pudiera culparlo. Se le atribuían fugas imposibles: de cárceles, de compromisos, incluso de recuerdos. Una vez escribió en el reloj de la plaza: “Huir no es perderse, es evitar ser encontrado”.

Y el Perdulario... lo olvidaba todo; nombres, llaves, fechas. Pero guardaba en su bolsillo una lista de cosas que no debía recordar. Cada noche la leía al revés, como quien descifra un hechizo para no sentir.

Patológicamente raros, conforme al diagnóstico social, no tenían cura, salvo el sacerdote de la Iglesia, que venía de tanto en tanto a casar a quien quiera y a bautizar a los recién nacidos y a bendecir a un finado en el cementerio.

Lejos de ser peligrosos, desde algún rincón, causaban gracia y hasta se los extrañaba cuando se hacían humo.

Una noche, cómplices los tres, se miraron en silencio. Uno estaba “calzado” y sin comentarle al resto, echó la falta. La falta que le hacía un poco de cariño, y eso liberó la “pesada carga” de aquel secreto por todos conocidos. Una travesura de juventud que en otro había quedado atragantada

Para entonces algo se había roto en Villaniebla: la gente recordaba demasiado. Ya no reía por error, ni lloraba por equivocación. La niebla, incluso, parecía más clara.

Esa noche, el Club del Humo hizo su último acto: desordenó relojes, borró brújulas y escondió las certezas en una caja bajo el farol.

Desde entonces, nadie supo si aquello fue una travesura, una fuga o un olvido colectivo. Pero de vez en cuando, alguien en Villaniebla ríe en medio del silencio… y nadie sabe por qué. Solo aquellos tres, que nunca negaron nada… solo que jamás los pudieron entender  

sábado, 2 de agosto de 2025

El Silencio no es ausencia

Solo se llamó a silencio y creyó que no había dicho nada…

Pero su callar tejía constelaciones con hilos invisibles, como si cada pausa fuera una estrella que no brillaba para el mundo, pero ardía en su pecho.

No sabía; tampoco preguntó, porque a veces la ignorancia es un refugio, y el saber, una herida mal cerrada.


Miró al horizonte sin buscar respuestas, como quien entiende que el tiempo no siempre revela lo que oculta.

Su boca cerrada fue más elocuente que los discursos del ruido, y en su silencio danzó una verdad quieta, una fe desnuda, una soledad que no pedía compañía, solo respeto.

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sábado, 19 de julio de 2025

Bienes Personales y Ganancias

Mi procedencia social es de una familia humilde. Pero la herencia que dejaron mis padres, repleta está de valores. Esas son mis pertenencias

Declaro Juradamente ser Rico en amor. No tiene precio… por es inmenso e invaluable

Elevado a la condición de Rey, por mis princesas, mi vida entrego y dejo todo de lado. Son la fuente donde abrevo los sueños de mi niñez

Por lo que pasaré el resto de mis días, abonando en juegos y cómplices sonrisas, la deuda que contraje desde el momento en que me hicieron sentir que puedo tenerlo todo, pero no puedo vivir sin ellas

domingo, 13 de julio de 2025

De qué hablamos cuando hablamos de estándares de Seguridad

Desde su instauración en el año 1919, la OIT promueve un medio ambiente y condiciones de trabajo decentes, seguros y saludables, reflejado en su Constitución

“Considerando que existen condiciones de trabajo que entrañan tal grado de injusticia, miseria y privaciones para gran número de seres humanos, que el descontento causado constituye una amenaza para la paz y armonía universales; y considerando que es urgente mejorar dichas condiciones, por ejemplo, en lo concerniente a la protección del trabajador contra las enfermedades, sean o no profesionales, y contra los accidentes del trabajo” 

Ratificada en 1944 en ocasión de la Declaración de Filadelfia determinando 

“La Conferencia reconoce la obligación solemne de la OIT de fomentar, entre todas las naciones del mundo, programas que permitan: proteger adecuadamente la vida y la salud de los trabajadores en todas las ocupaciones” 

A partir de entonces la OIT es una guía obligada en materia de seguridad y salud en el trabajo, cuya mirada global y generalista, establece un orden para orientar las políticas nacionales y de las empresas para la prevención y la gestión de la seguridad y salud de los trabajadores, las cuales consideran las medidas organizativas y los procedimientos sobre las normas esenciales, buenas prácticas en las medidas generales de protección

En tanto, en nuestro País, sancionada el 21 de abril de 1972 y reglamentado su decreto 351 en 1979 y su modificatorio 1338/96, establece en sus primeros artículos...

Art. 3º.- Cuando la prestación de trabajo se ejecute por terceros, en establecimientos, centros o puestos de trabajo del dador principal o con maquinarias, elementos o dispositivos por él suministrados, éste será solidariamente responsable del cumplimiento de las disposiciones de esta ley

Art. 4º.- La higiene y seguridad en el trabajo comprenderá las normas técnicas y medidas sanitarias, precautorias, de tutela o de cualquier otra índole que tengan por objeto:

a) proteger la vida, preservar y mantener la integridad psicofísica de los trabajadores; 

b) prevenir, reducir, eliminar o aislar los riesgos de los distintos centros o puestos de trabajo; 

c) estimular y desarrollar una actitud positiva respecto de la prevención de los accidentes o enfermedades que puedan derivarse de la actividad laboral 

Conclusión:

A más de un siglo de la instauración de la OIT y a más de medio siglo de nuestra Ley aún tenemos MUCHO por mejorar. Quien se sigue exponiendo es el trabajador

domingo, 6 de julio de 2025

A la lata al latero

No pierdas el tiempo discutiendo de tonalidades y matices con quienes desconocen los colores primarios. Es como si al paisano que ordeña a la vaca le hablen de cómo se hace el queso

 

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martes, 1 de julio de 2025

Hablando de vicisitudes y otras yerbas (enfoque primate del modelo de Bezinger)

Se asumen claros, pero su luz es apenas un eco del No que susurran detrás del Sí.

Sus preguntas tiemblan como cartas sin enviar y las respuestas se enredan en palabras que no quieren ser entendidas.

Cuanto menos crees que entiendes, más cerca estás del abismo. Si todo lo hiciste por tener más y te encuentras solo, quizá lo que buscabas nunca estuvo fuera de ti.

El silencio pesa más que el sonido, y en la ausencia de certezas florece una tristeza que no pide permiso.

Los que saben no hablan, los que hablan no ven y en el eco de sus dudas hay verdades sin sostén

Las habilidades se muestran naturales y sin pompas

La capacidad es como el estiércol, se aprecia cuando otorgan nutrientes a sus cultivos

 

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