La
cita invariablemente era todos los martes a la hora 20
Una
mesa reservada de hace tiempo esperaba con 8 copas bien presentadas y una carta
con un menú casi de memoria
Ubicada
en el rincón derecho del local, frente a la barra y detrás del piano de cola, iluminada
con las sombras que proyectaban los candiles, adornada con flores de estación, alejada
del camino que lleva al fondo a la derecha y cerca del ventanal que da al patio
trasero
Ya
les conocían la rutina y sabían que eran larga duración, pero aún así de cerca
siempre estaba un mozo, porque los pedidos reiterados de “se vació la frapera” eran
cíclicos y con una frecuencia de 20 minutos (mejor que la de una empresa de transporte
público)
Hablaban
sonoramente y se reían estruendosamente
Nunca
pasaban desapercibidos
Los
asistentes al bar, los miraban con admiración y esa envidia sana de querer ser
parte de ese grupete, pícaro y divertido
Los
tipos, se conocían de muchos años. Tenían una relación que mediaba entre la
amistad y la hermandad
Se
demostraban cariño; se brindaban palmadas, abrazos y elogios
No
había secretos entre ellos
Tenían
códigos y espíritu de cuerpo
Todos
para uno y uno para todos
Pero
aquel martes el destino se empeñó en demostrar, que, en todo, siempre hay una
excepción y puso a prueba la vulnerabilidad de aquellos amigos
Nadie
supo como y porque salió el tema; ni siquiera quien fue
Porque
para cuando tomo vuelo, ya no interesaba todo aquello
La
armonía acostumbrada se empañó con el encono de los reproches que aparecieron
de la nada…
Y así
como nadie esperaba escuchar las cosas que se decían, tampoco imaginaban que
iban a llegar a las manos
El
dueño pidió a los comensales que se retiren y cerró puertas y ventanas,
corriendo los cortinados
Aquella
riña de proporciones había alterado la calma habitual de un sitio de vigilia para
filósofos taciturnos, bohemios pensadores y amigos de entrañable relación
Alguien
llamó a la policía y por rutina, también llegaron los bomberos, que, conforme
al protocolo, rompieron con sus hachas las puertas del local y comenzaron a
rociar agua con las mangueras
Todos
contra la pared, ordenó el oficial a cargo
“USTED
TAMBIEN” le indicó al pianista
Los
transeúntes habituales y los curiosos de siempre se agolparon en las vallas que
ubicó el procedimiento y con ojos azorados, miraban como un grupo de personas,
con esposas en sus muñecas y capuchas cubriendo sus cabezas, encolumnados de
uno en uno, para subir al camión celular estacionado sobre la calle aledaña
Un
escándalo que trepó a los titulares de los principales periódicos locales y un
séquito de periodistas, haciendo guardia en la puerta de la comisaria, a la
espera que el Oficial actuante, brinde una conferencia de prensa, para otorgar
algo de información que aclare lo sucedido
Cuál fue el disparador de tanta violencia contenida ¿?
A
la hora 20 del miércoles, por la intervención de sus abogados, liberaron a
todos los detenidos. Entre ellos a los 8 amigos, fianza mediante y una orden de
restricción, para no acercarse al Bar a menos de 500 metros
Se
miraban con recelo, aun varias horas después de aquel despelote. Cada uno tomo
distintos caminos y nunca más volvieron a encontrarse
Finalmente,
y ante un ramillete de micrófonos, cámaras, flashes y luces, el oficial
actuante, enfrenta a la prensa y aclara que leerá el parte autorizado por el
Juez:
“Por
orden del juzgado n°1 del juez de instrucción, Dr. Barrita, se dicta la
presente sentencia, sin pesar a efectos, sobre los acusados por el dueño del local,
donde se cometieron los delitos de Disturbios en un lugar público, se hace
presente este cuerpo policial, con 12 efectivos, 4 patrulleros, 5 canes
amaestrados y un camión celular, y por rutina emanada del art 52 inc. 4 del código
de faltas, se invita al cuartel de Bomberos, a ser parte de la requisa, la cual
comprueba que 8 NN, en feroz contienda, se agreden a sí mismos, causando roturas
totales en el local, las cuales están siendo calculadas por su Señoría,
arrojando como saldo, el cierre preventivo de dichas instalaciones y tareas
comunitarias para todos los miembros que participaron de las agresiones”
-
Perdón Oficial¡!! (interrumpe una periodista) … Cuál fue el móvil del hecho
¿?
La batalla en el Bar, tal como fue caratulada la causa, comenzó cuando
uno de los amigos, le incorporó agua con gas hasta la mitad de la copa de fino vino
Malbec, ocasionando la reacción desproporcionada del agresor que no pudo
soportar ese agravio