domingo, 19 de septiembre de 2021

Un Apóstol de Cana

La cita invariablemente era todos los martes a la hora 20

Una mesa reservada de hace tiempo esperaba con 8 copas bien presentadas y una carta con un menú casi de memoria

Ubicada en el rincón derecho del local, frente a la barra y detrás del piano de cola, iluminada con las sombras que proyectaban los candiles, adornada con flores de estación, alejada del camino que lleva al fondo a la derecha y cerca del ventanal que da al patio trasero

Ya les conocían la rutina y sabían que eran larga duración, pero aún así de cerca siempre estaba un mozo, porque los pedidos reiterados de “se vació la frapera” eran cíclicos y con una frecuencia de 20 minutos (mejor que la de una empresa de transporte público)

Hablaban sonoramente y se reían estruendosamente

Nunca pasaban desapercibidos

Los asistentes al bar, los miraban con admiración y esa envidia sana de querer ser parte de ese grupete, pícaro y divertido

Los tipos, se conocían de muchos años. Tenían una relación que mediaba entre la amistad y la hermandad

Se demostraban cariño; se brindaban palmadas, abrazos y elogios

No había secretos entre ellos

Tenían códigos y espíritu de cuerpo

Todos para uno y uno para todos

Pero aquel martes el destino se empeñó en demostrar, que, en todo, siempre hay una excepción y puso a prueba la vulnerabilidad de aquellos amigos

Nadie supo como y porque salió el tema; ni siquiera quien fue

Porque para cuando tomo vuelo, ya no interesaba todo aquello

La armonía acostumbrada se empañó con el encono de los reproches que aparecieron de la nada…

Y así como nadie esperaba escuchar las cosas que se decían, tampoco imaginaban que iban a llegar a las manos

El dueño pidió a los comensales que se retiren y cerró puertas y ventanas, corriendo los cortinados

Aquella riña de proporciones había alterado la calma habitual de un sitio de vigilia para filósofos taciturnos, bohemios pensadores y amigos de entrañable relación

Alguien llamó a la policía y por rutina, también llegaron los bomberos, que, conforme al protocolo, rompieron con sus hachas las puertas del local y comenzaron a rociar agua con las mangueras

Todos contra la pared, ordenó el oficial a cargo

“USTED TAMBIEN” le indicó al pianista

Los transeúntes habituales y los curiosos de siempre se agolparon en las vallas que ubicó el procedimiento y con ojos azorados, miraban como un grupo de personas, con esposas en sus muñecas y capuchas cubriendo sus cabezas, encolumnados de uno en uno, para subir al camión celular estacionado sobre la calle aledaña

Un escándalo que trepó a los titulares de los principales periódicos locales y un séquito de periodistas, haciendo guardia en la puerta de la comisaria, a la espera que el Oficial actuante, brinde una conferencia de prensa, para otorgar algo de información que aclare lo sucedido

Cuál fue el disparador de tanta violencia contenida ¿?

A la hora 20 del miércoles, por la intervención de sus abogados, liberaron a todos los detenidos. Entre ellos a los 8 amigos, fianza mediante y una orden de restricción, para no acercarse al Bar a menos de 500 metros

Se miraban con recelo, aun varias horas después de aquel despelote. Cada uno tomo distintos caminos y nunca más volvieron a encontrarse

Finalmente, y ante un ramillete de micrófonos, cámaras, flashes y luces, el oficial actuante, enfrenta a la prensa y aclara que leerá el parte autorizado por el Juez:

“Por orden del juzgado n°1 del juez de instrucción, Dr. Barrita, se dicta la presente sentencia, sin pesar a efectos, sobre los acusados por el dueño del local, donde se cometieron los delitos de Disturbios en un lugar público, se hace presente este cuerpo policial, con 12 efectivos, 4 patrulleros, 5 canes amaestrados y un camión celular, y por rutina emanada del art 52 inc. 4 del código de faltas, se invita al cuartel de Bomberos, a ser parte de la requisa, la cual comprueba que 8 NN, en feroz contienda, se agreden a sí mismos, causando roturas totales en el local, las cuales están siendo calculadas por su Señoría, arrojando como saldo, el cierre preventivo de dichas instalaciones y tareas comunitarias para todos los miembros que participaron de las agresiones”

-         Perdón Oficial¡!! (interrumpe una periodista) … Cuál fue el móvil del hecho ¿?

La batalla en el Bar, tal como fue caratulada la causa, comenzó cuando uno de los amigos, le incorporó agua con gas hasta la mitad de la copa de fino vino Malbec, ocasionando la reacción desproporcionada del agresor que no pudo soportar ese agravio

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