Aldo nunca lo supo

 

Cómo estas Aldo ¿?

Pásamela, Aldo¡!!!

Tienes que hacer este viaje Aldo

Pasa por la oficina Aldo

Cuatro años tratando con Aldo

Mucho más que una labor nos ligaba

Camionero. De los buenos. De los que tienen códigos

Hombre de palabra y por sobre todo amiguero

Mes a mes

Entregaba en sus manos el recibo de sueldo

Con el correr del tiempo se había cimentado un lazo

Mucho más que amistoso

Charlas amenas... Demostraciones de afecto

El respeto reinante aferraba aún más el vínculo

Saludos para fin de año

Celebraciones corporativas

Mesas compartidas

Partidos de futbol

Complicidad en las risas

Un gran tipo Aldo

Cómo todo en la vida

Es un ciclo

Todo lo que comienza termina

Y yo no iba a ser la excepción

Llegó el momento de la despedida

Abrazos

Palabras alusivas

Lágrimas que se sueltan

Voces que se quiebran

The End

Esperé un rato

Hice tiempo juntando en una caja mis cosas

Llevé todo hasta el auto que dejé en el estacionamiento

Y allí… allí estaba esperándome Aldo

Para estrecharme su abrazo

La despedida a su modo

Sin palabras

Sus ojos decían todo

Mientras acomodaba las cajas en el auto

Aldo emprendía su andar

Tranco lento. Paso seguro

Hasta que llegó a la puerta de su camión

Y volvió sobre sus pasos

Se acerco… me miró fijo

Y secándose las lágrimas

Como rindiendo tributo a los cuatro años compartidos

Me pregunta: Pato… vos porque me decís Aldo ¿?

Dudé en responder y con tibieza le dije: “vos no te llamas Aldo ¿? Aldo Contri¡!

No me dijo; yo me llamo Osmar Vicenti ¡!

Reconozco que miré mi documento, para ver quien era yo (por las dudas)

Reflexione acerca del verdadero Aldo, que jamás en cuatro años, recibió su recibo de sueldo

¡¡Cuatro años… CUATRO AÑOS!!  de relación… de tratar a un hermano y justo el último día, el mismo me entera que estaba equivocado

Lo que no me explico… lo que no se entiende… es porque llamándose Osmar, venía cada vez que le decía Aldo…

No nos extinguimos porque la naturaleza no sabe cómo nos llamamos…