Emancipado
de gestos, sus rasgos
enmudecieron de señales
Cegados sus
labios, la
expresión cautiva del silencio, quedo
encerrada en sus pensamientos
Poco a poco
las palabras dejaron en la
respiración, rupestres suspiros sobre un húmedo
ventanal
Oculto tras
los parpados, sus ojos clandestinos, atrapaban recuerdos como luciérnagas
en el aire para
guardarlos en la memoria de los
sueños
Mientras
sus manos a tientas escribían en
la oscuridad el brillo
de su nombre en la pared
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