lunes, 8 de julio de 2019

A confesión de partes...

A menudo pareciera que estoy con la cabeza en otro lado 
No suelo ser descortés , aunque reconozco que no siempre me comporté como debía con quienes nada tenían que ver con mi patología 
Sin justificar mis actitudes, pasa que en el mundo donde vivo, declaré dos direcciones 
Una donde mis pies residen. Donde cualquiera puede tocar la puerta 
Otra en el interior de mi ser. Para entrar hay que hacerlo por el corazón 

A confesión de partes…  Casi nadie llega hasta allí 
A muchos no les interesa 
Algunos lo desprecian 
Otros quedan a mitad de camino 
Unos se han declarado perdidos estando muy cerca, y los que llegaron no han querido entrar o no les abrí la puerta… 
Es que el dolor dejo heridas que aún no cicatrizan 
Por eso me preservo como ostra 
No muestro así nomás el interior 
Donde conservo la riqueza de la inocencia y la pureza de mi amor

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