Azahares brotan
del jardín al frente de mi casa pintada
con cal, la de
mampara verde y un hall
De canteros
con flores que adorna mi Mamá con una Yuca
en un tronco y detrás del tapial y un honguito averiado
ilumina el rosal
Al lado vivía
Don Coria y al otro Piantanida
Al fondo
vivía una vieja, Cara de orto tenía
Por la
puerta que da al patio una pared es
blanca y la otra color mostaza
Hay macetas
y una pileta donde se guardan
baldes y alguna botella, que era
motivo del grito que todas las tardes mi vieja desde
su pieza pegaba , por el estruendo
de un vidrio roto por un
pelotazo que acertaba en el arco que
una puerta oficiaba
Probarme en
Chaca quería. Jugar como
Trobbiani soñaba
En el medio
tres rejillas servían de escurrimiento. La del medio
la rompimos y nos sirvió de escarmiento. Aprovechando
la visita de Sosita el que era Técnico, jugando juegos
de hermanos, lance por el
aire a Daniela que volando con sus manos
Fue a parar al
hospital de la Ruta y esa noche no fuimos a
Don Segundo y nos quedamos sin postre
Llegando al
final del Patio había una parrilla, un desnivel en
pendiente y un cuartito
Dos camas y una
silla pintada de
negro una verja se abría para llegar al
fondo un par escalones tenías
Al bajar un
árbol de duraznos y un limonero había
Ropa tendida
y un sonido que venía del
bombeador donde salía agua fría
Acostumbraba
a jugar cerca de la pared de
rejas con rombos
Un tapial con
escombros y un tero que daba
vueltas cerca de un cantero
En un
rinconcito ruda y en otro yerba y café
que sirven de abono
En la cocina
almorzábamos y en el comedor cenábamos
Será porque
había tele, o vaya a saber porque
Mi viejo
madrugaba y todo el día trabajaba
A cargo entonces
me dejaba y como Hombre debía cortar el
pasto, hacer mandados y la casa cuidar
Ser Bueno
con los Vecinos y no dar que hablar
Los sábados ir
a Scout y los domingos a Misa que el Padre
Enrique oficiaba
Por ser su
ahijado corría con ventaja y las macanas que
en la semana me mandaba, sin confesar
me perdonaba
Por eso, en
cada celebración como acólito
lo ayudaba
Ubicado a su
derecha, con un guiño me hacía saber cuando tocar
las campanas y cuando tenía más sed…
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