domingo, 10 de julio de 2022

Sigo sus pasos (Con los ojos llenos de emoción)

Al frente una verja y una puerta con pasador que se dejaba oír cuando alguien lo atravesaba

De timbre las palmas o algún grito para llamar la atención

La mampara de vidrios biselados con una ventana en el centro daba el hall donde pasábamos las tardes con Daniela

La ventana de nuestra pieza daba allí, y la luz de mercurio de la calle iluminaba la oscura noche

De allí al comedor por una puerta de madera; una mesa y cuatro sillas a su alrededor; el sillón apareció después del Rodrigazo a cambio del departamento donde nací

Sobre la mesa un camino atravesaba de este a oeste y en el centro adornaba una fuente y en su interior las cosas importantes

El piso de baldosas intercaladas unas con otras, amarillas y rojas, encerado por Mamá, por eso usábamos patines

Olor a limpio era el fleet y se aroma a tierra mojada de regar las plantas a la tarde; Cortar el pasto y arreglar el jardín y esperar la noche para volver a salir a jugar

La cocina atrás con salida al patio y vista al fondo con un cuartito pensado para cuando se agrandara la familia y alguno necesitara refugio

Épocas de manualidad. Al crochet tejidas mantillas, lucían en todos los ambientes. Agarraderas y posa pavas regalos habituales

Al frente había tres arbolitos sobre la calle, y tres rosales en el jardín; una yuca a la derecha y una ruda al otro extremo

En el fondo, había limonero, ciruelo y duraznero; una rosa china y varias flores de estación

Una montaña de escombros sobre la pared de Doña Angélica y un tero dando vueltas…

Un día llegó un perrito blanco, regalo de tía Julia, al que llamamos Pompón

Otro día, traje a Juan, un gato que en honor a quien me lo había regalado, lo bauticé con su nombre y con el tiempo termino siendo Juana, el día que tuvo cría

El patio era inmenso; con una puerta que daba al fondo; la parrilla; la pileta donde mi vieja lavaba la ropa a mano y la puerta de entrada alternativa a la casa

La veo a Daniela andando en patines y yo jugando a la pelota en las siestas. Pobre Don Mario Piantanida, que no lo dejábamos dormir, culpa de la pelota de goma y de tantas ventanas y sifones rotos

Lo veo a mi Papá, en medio de la calle, mirando para el campito, esperándome que llegue de la escuela y a mi Mamá con los ojos llenos de emoción el día que le dije que quería seguir sus pasos

Al atravesar la frontera que dejaba atrás la niñez y se avecinaba un horizonte oscuro… me escribió una carta que aún hoy conservo

En su vientre he sido gestado y de sus senos alimentado; en sus brazos recibí el primer sacramento y en su amor fecundó mi Fe

En aquellas palabras recibí su bendición; sabia… sabía todo lo que viviría y me alentó a no renunciar jamás a mis sueños

8 comentarios:

  1. Tu redacción invita a entrar en ese tunel del tiempo...vivirlo y hasta percibir los aromas.Vivencias y experiencias que llevaremos en el alma mientras nos dure la vida.
    Gracias por compartir amigo Patricio!...FELIZ DOMINGO

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    1. Graciela querida, muchas gracias por tan sentidas palabras. Paz y Bien

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  2. CADA VEZ ESCRIBIS MAS LINDO Y YO CADA VEZ ME EMOCIONO MAS POR ESTAR TAN INCLUIDA EN TUS HERMOSOS RELATOS.NO RECUERDO SI YA TE CONTESTE AYER PERO POR LAS DUDAS LO HAGO OTRA VEZ👍💖

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    1. Lo que más importa, lo más hermoso, es que seguimos siendo tal como éramos. Tan actual que todavía jugamos como lo hacíamos entonces. Serás parte SIEMPRE, porque de esa fuente hemos bebido el elixir mágico de las siestas sin dormir... Ahora te dejo... tengo que remontar un barrilete. Un Beso enorme

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  3. Hermoso texto Patricio!!! Y la foto preciosa lindo recuerdo

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  4. Hermoso Pato Querido, siempre compartiendo, muchas gracias!

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