sábado, 28 de septiembre de 2019

Sabia ignorancia

Tan claro pude ver la oscura luz reflejada en sus ojos, que allí recién supe, el padecer de ceguera que al sentir del corazón la mirada negara su dolorosa verdad 
Darse cuenta de golpe que nada había en realidad 
Certera y fría la ausencia, un puñal clavó en el pecho, hasta sangrar de ilusiones el alma
Una sonrisa que no es cierta cubre el rostro antes que las lágrimas secas de llanto se ahoguen de tristeza
Agoniza el amor que ya no siente, ungido de dolor clama piedad 
Si solo hacía falta dejar que el engaño del mirar al corazón permitiera seguir latiendo

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