sábado, 27 de diciembre de 2014

Llamalo a Ledu...!!!

Llevar adelante un emprendimiento propio, no es todo lo que se sabe sobre el tema.

No es un solo negocio, inversión, renta y retorno.
Tampoco tiene que ver la ubicación comercial del local u oficina, ni el volumen de ventas ni la proyección financiera, y menos que menos el conocimiento del servicio o producto, o la vocación.

No se considera si el negocio viene de familia, o es parte de un lanzamiento de esfuerzo propio.

Llevar adelante un emprendimiento propio, tiene que tener por lo menos, un socio como Eduardo. Ledu para los amigos

Tipo fiel. Amigo buenazo, confiable al mango para llevar adelante cualquier empresa, se requiere su servicio por ser garante de honestidad.

Se le nota en su carácter y su proceder.

Gracioso Eduardo, se pone serio cuando labura y muy serio cuando le rompen las guindas. Como le pasa a todos los buenos tipos, no le gusta que lo tomen de boludo. Entonces se revela y deja ver su descontento con la situación. No eleva el tono de voz, pero se hace escuchar

Así y todo, la molestia le dura menos que 1000 euros a la Nanni, y enseguida recupera su buen humor.

Caso de estudio Ledu; es hincha del Lobo Platense, y hace saber a quien quiera escucharlo que es de la barra del Mondongo, cuando nunca salió de Villa Celina y menos conoce la ciudad de las diagonales. En el último censo, fue el único hincha de Gimnasia en la zona oeste.

Pero además de todo eso, no sabe nada de futbol; nunca lo vimos jugar bien; que digo….jamás le pegó ni siquiera a un globo ¡!

En fin… es asi la cosa. Pero eso no le minimiza un tranco de lo buen tipo que es. Comparte la sociedad con otro amigo de la vida. Claudio; se conocen del barrio, de chicos, de toda la vida. Se tienen mucho más que confianza y se llevan fenómeno.

Pero….

Hay marcadas diferencias entre uno y otro. Uno es el operativo y el otro el ejecutivo. Uno lleva los fierros, y el otro las cuentas, las relaciones públicas, las ventas, las compras, el personal, las reposición de materiales, atiende el teléfono, llega primero se va último, limpia, barre, atiende proveedores y acreedores, paga las cuentas, controla los gastos y está siempre dispuesto….

Estos pibes, se llevan del mismo modo que una pareja de muchos años juntos…. Tienen las mismas mañas…los mismos cuestionamientos…los mismos reclamos…

Uno lleva adelante el laburo “de adentro”

El otro es la cara visible del Negocio.

Uno lleva la pesada carga del taller

El otro administra en oficina o mostrador

 Tal vez allí se empieza a develar “por qué” de algunas cosas…para decirlo sin vueltas…parece que el que llega a la casa y pregunta “QUE HAY PARA COMER” es Claudio…

Como todo el que asume esa condición, considera que SU TRABAJO, ya le llevo el tiempo y el esfuerzo y ese plafón le auto otorga esa inmunidad de no hacer nada; por lo que el resto (mejor dicho, el TOTAL) de las tareas recaen en “el otro”….

Eso le da derechos, nunca legalizados y para todo…pero para TODO, acude a Ledu, que para esto, ya se encargó también (por ser la otra parte de la pareja) de malcriar al entorno, porque NADIE HACE LAS COSAS MEJOR QUE YO….entonces ese equilibrio transita en forma permanente por una simbiosis extraña, donde todos en ese negocio dependen de Ledu…

Suena el teléfono que está al lado del Claudio…llamalo a Ledu…!!!

Entra un cliente al Negocio y Claudio grita…. llamalo a Ledu…!!!

Es el cumpleaños de Claudio, Ledu es el que nos manda un mensaje para recordarnos la fecha ¡!!!

Se rompió una pieza del torno…. Ledu sabe dónde está el repuesto ¡!!

Nos juntamos a cenar con los pibes de la secundaria, Ledu elige el lugar y el menú porque conoce los gustos de Claudio…!!!

Claro….tanta dedicación, tanto servicio al prójimo, tanto amor puesto de manifiesto, que como “el otro”…como  la otra parte de estos amigos…protesta…se queja de todo lo que tiene que hacer…igual que en una pareja…

Conocedores de esta situación, nos quedamos piolas la última vez que nos juntamos para tomar unos vinos…cuando pedimos la cuenta….todos le dejamos el lugar que le corresponde a Claudio…y asentimos cuando con la dolorosa en la mano, y tanteando el bolsillo trasero de su pantalón buscando una billetera que nunca existió, exclamo desde su silla…¡! LLAMALO A LEDU ¡!

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