El Ing. Amenábar Echeverría era un hombre de reconocida trayectoria empresarial. CEO de varias de las industrias más renombradas, exitoso emprendedor, fundador de la “Fundación Sin Fronteras” dedicada a la comunicaciones satelitales y Presidente de la “Cámara Nacional de Ciberseguridad” orientada a fortalecer la seguridad de los sistemas
Con esos antecedentes, nadie iba a pensar que confiaría
en la conexión del bar “Los Taninos”; será porque es el único que atiende de corrido,
sumado a que lo apremiaba el tiempo para llegar a horario, al Congreso Internacional
de la Ciencia, donde sería el único orador. Celosamente meticuloso, era seguro
que iba a repasar las líneas de su discurso y hasta tal vez le haría algún retoque
de último momento. Impaciente como de costumbre, ingresó sin saludar y tomo
asiento en la mesa menos expuesta; recaudo que para su nivel de conocimiento
era obligado.
Con la típica seña pidió un café. Sin hacer contacto
visual con la mesera, preguntó, ¿cuál es la clave? Molesta con el trato
recibido, con la misma indiferencia la señorita respondió está en la mesa
Se la pasó buscando un cartel con la clave o un QR o
algo. Pasaba el lector de su celular, intentando escanear un chip, pero nada.
El tiempo lo acorralaba e irritado con la situación, se retiró sin tomar el
café, abonando más de la cuenta, profiriendo palabras elevadas de tono
Un parroquiano en estado de equilibrio susurró. “al
final este coso no la tiene tan clara”. Es que nadie podía entender el motivo
de su enojo. Si la clave era “está en la mesa”
Sólo tenía que ser respetuoso... 😁😁😁 👏👏👏👏
ResponderBorrarCoorrectooo gracias Pablo
BorrarClaro! Cómo lo podría imaginar no? A la mesera le faltó agregar: "todo con minúscula" jajaja.
ResponderBorrarJajaja claarooo !! Gracias Elsa
BorrarY otra cosa: el señor famoso, debería haber llamado a la mesera nuevamente y preguntar en qué parte de la mesa no? Entonces se hubiera ahorrado el mal momento.
ResponderBorrarSi fuese yo, eso hubiera hecho. Todo es cuestión de sentido común y obrar con tranquilidad.
Que tengas muy buen día viernes.
Por supuesto que si Elsa. Ocurre que este señor, enceguecido por su posición, no le permitió SER HUMANO
BorrarMe pasó parecido en un restaurante de Cafayate donde la contraseña era: "no tengo ni idea"
ResponderBorrarBuenísimo !! Me pasó en Entre Ríos, en Liebig; exactamente igual. Un abrazo Pablo querido
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