Dude un momento, pero unos gorriones animaron mi fiaca y en
un tris acomode mis chuzas y el chillido de la pava, marco el momento de
entibiar el madrugón con unos mates acompañados con tenues acordes que entona León,
en la cintura de los pájaros y montado en esos sueños alados volé acunado en
tu dulce voz, buscando refugiar mi soledad en el cálido trigal de tu alma y
en un pestañar ver tu imagen...
Solo
así mis ojos encontraron paz
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