martes, 9 de diciembre de 2025

Sentidas de pertenencia

Perteneces a la tierra… vientre fecundo de tu raíz

Eres brote de tu tallo alimentado a savia

Serás recortado para crecer

Nacerás flor en primavera y darás fruto en temporada

Conservarás tu esencia, aun desprendido de la rama

En semillas esparcirás la savia de tu linaje

Sentidas de pertenencia serán cultivo

Herederos de la tierra… vientre fecundo de tu raíz 

 

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lunes, 8 de diciembre de 2025

Imágenes Borrosas

Nunca me quisieron; mejor dicho, nunca me sentí querido. Al menos eso es lo que yo vivenciaba

Reclamaba cariño del único modo que sabia. Haciéndome el pavo para llamar la atención. Al fin de cuentas era un chico. Pero los años pasaban y la cosa seguía igual.

Un profesional especialista recomienda, visualizarlo, asumirlo, internalizarlo, hacerse cargo, tomar la decisión de cambiar y seguir adelante. Pero aceptarlo… me fue realmente muy difícil

Cualquier sacerdote, confesión mediante, orientaría al perdón y a la reconciliación con el alma. Pues bien… por ahí anduve y digamos que al menos hoy estoy en paz

Nada me fue fácil. Me hice para adentro y aquel chico extrovertido se blindó detrás de una sonrisa

Soy un resiliente con patas. Ese fue mi fuerte. La permanente reconstrucción de mi ser. Me hice un lugar desde la periferia y cuando he sido requerido de corazón actué. En la foto en la que todos salen peinados no falta nadie. En las bravas… estuve yo. Mi mano siempre tendida a nadie negué porque jamás hice distinción de quienes me necesitaban

Es causa entonces, que todo en mi vida, refiera a la infancia y a todos los momentos que sonreí desde el alma, que han sido muchos. Es causa también que aquello que late en mi corazón vive en mi

Así las cosas, por acumulación de hechos, dejé de mendigar amor y poco a poco fui alejándome de un fogón que no me daba calor y marché para mis adentros. Cambié la sonrisa, por el blindaje de una armadura que me daba protección

Había tomado una decisión. Nada ni nadie me iba a lastimar y en ese largo período… de emociones controladas, las cortaba apenas nacían, como brotes de un tallo. Claramente no quería volver a sufrir de ilusiones marchitas.

Era obvio. No era yo, sino un personaje. Cada vez que asomaba a la superficie, mi sensibilidad sin piel no resistía la más mínima exposición y lo peor… ya no creía ni sentía. Me transformé en una planta silvestre, mezclada en la maleza

Enfundado en ese personaje, también me equivoqué. Mucho. Comenzando conmigo. Anulé toda conexión con el entorno y la pureza de aquel niño afecté. Era como mirar jugar desde una ventana… El dolor no me dejaba sentir y proscribí las palabras que en mi corazón latían

Después de tanto tiempo, me encontré. Fui a buscarme a las profundidades de mi ser y rescaté, primero al niño y después a mis sentimientos. Una vez más, volví a reconstruirme. Pero ahora era distinto. Encontré el equilibrio. Me independicé de la necesidad y por primera vez me sentí seguro.

Pido perdón. Al niño que sepulté. Al hombre que defraudé y a las personas que dañé con mi silencioso accionar.

Doy gracias. A quienes supieron comprenderme, me acompañaron y tendieron su mano. A Dios

Una sonrisa plena habita mi rostro. Mi alma está en paz

sábado, 6 de diciembre de 2025

In

Rico no es quien acumula, sino quien nada debe. Digno no es quien ostenta, sino quien no mancha su alma con el sudor ajeno. Más limpio es el vaso vacío que aquel rebosante de maculadas riquezas, que sin sacrificio obtuvo y hábilmente oculta. De la turbiedad de su origen se contenta mientras ve pasar sus miserias tras el opaco cristal de su orgullo

 

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Decide Suceder

Pensar que de tanto pensar, piensas que has pensado y habiendo pasado el tiempo pensando, el pensamiento se convierte en un laberinto sin salida, donde la única conclusión es que nada se ha concluido y mientras la mente se entretiene en su juego, el tiempo avanza sin detenerse. Por eso… decide suceder. Piensa lo necesario, actúa lo justo, dedícate a hacer y a ser

 

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jueves, 4 de diciembre de 2025

El recipiente de la vida

Como un cuenco de barro abierto al cielo, moldeado de sueños con forma de vida. Vacío se vuelve promesa donde el silencio germina y la mano se tiende. Canta el cántaro cuando se llena y en su borde derrama lo que no cabe. Enseña a beber despacio los días y aprende a compartir lo que excede para que el derrame sea entrega y no pérdida. La vida, como el recipiente, no se mide en lo que guarda, sino en lo que ofrece

 

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